tu eres tu y yo soy yo.
El concepto que la ciencia tiene del tiempo ha sufrido varios cambios a lo largo de la historia. Podemos decir que la primera gran teoría es la que se denomina habitualmente física clásica, y que enunció Isaac Newton en su libro Philosophiae Naturalis Principia Mathematica. En ella, el tiempo lo determina la relación entre la velocidad y el espacio recorrido. Todos conocemos la fórmula: v = e / t .
Según este concepto, el tiempo es una magnitud absoluta, es decir, el tiempo empleado en completar un viaje será el mismo independientemente de quien sea el observador que lo mida.
Albert Einstein A principios del siglo pasado, un empleado de la oficina de patentes de Suiza, Albert Einstein, desconocido hasta ese momento, publicó un artículo que cambiaría por completo nuestra visión del mundo. Una de las conclusiones más importantes de sus teorías fue que el tiempo no es absoluto, sino relativo y dependiente del observador. Lo que Einstein exponía en su teoría de la relatividad es que existe una constante universal que es la velocidad de la luz, la cual permanece invariable. Esto tiene algunas conclusiones interesantes, una de ellas es que el concepto de espacio y tiempo cambia con respecto a las definiciones de Newton. Para Newton el espacio no era un concepto absoluto, dependía del observador, pero el tiempo si. Un viaje a velocidad luz recorrería un espacio variable (para un viajante que va en el haz de luz el recorrido sería distinto que para uno externo) en un tiempo bien definido. Por tanto la velocidad para los distintos observadores será distinta. Einstein decía que la velocidad de la luz es absoluta y como consecuencia no depende del observador. Esto nos lleva a la conclusión de que ya que el espacio es relativo y distinto para cada observador, el tiempo debe serlo del mismo modo. La relatividad especial, no parecía consistente con la teoría de la gravitación de Newton. Este problema ocupo a Einstein durante algunos años, hasta que en 1915 consiguió reconciliarlas en su teoría de la relatividad general. Esta teoría descubría que el espacio y el tiempo están íntimamente ligados. De hecho la gravedad tiene una influencia directa en el tiempo. Así podríamos decir que el movimiento parabólico de los planetas equivale a un movimiento rectilíneo en el entramado espacio-tiempo, los planetas siguen lo que se denomina una geodésica. Siguiendo esta línea de razonamiento llegamos a la conclusión de que el tiempo transcurre más despacio cuanto más cerca de un objeto masivo nos encontremos. De hecho se puede comprobar empíricamente que existe una desviación entre un reloj situado a nivel de superficie terrestre y uno que se encuentre alejado de ella. Este efecto tiene repercusión por ejemplo en los sistemas GPS. Los relojes de los satélites adelantan con respecto a los situados en la superficie terrestre según los parámetros definidos por la teoría de la relatividad general.
Albert Einstein A principios del siglo pasado, un empleado de la oficina de patentes de Suiza, Albert Einstein, desconocido hasta ese momento, publicó un artículo que cambiaría por completo nuestra visión del mundo. Una de las conclusiones más importantes de sus teorías fue que el tiempo no es absoluto, sino relativo y dependiente del observador. Lo que Einstein exponía en su teoría de la relatividad es que existe una constante universal que es la velocidad de la luz, la cual permanece invariable. Esto tiene algunas conclusiones interesantes, una de ellas es que el concepto de espacio y tiempo cambia con respecto a las definiciones de Newton. Para Newton el espacio no era un concepto absoluto, dependía del observador, pero el tiempo si. Un viaje a velocidad luz recorrería un espacio variable (para un viajante que va en el haz de luz el recorrido sería distinto que para uno externo) en un tiempo bien definido. Por tanto la velocidad para los distintos observadores será distinta. Einstein decía que la velocidad de la luz es absoluta y como consecuencia no depende del observador. Esto nos lleva a la conclusión de que ya que el espacio es relativo y distinto para cada observador, el tiempo debe serlo del mismo modo. La relatividad especial, no parecía consistente con la teoría de la gravitación de Newton. Este problema ocupo a Einstein durante algunos años, hasta que en 1915 consiguió reconciliarlas en su teoría de la relatividad general. Esta teoría descubría que el espacio y el tiempo están íntimamente ligados. De hecho la gravedad tiene una influencia directa en el tiempo. Así podríamos decir que el movimiento parabólico de los planetas equivale a un movimiento rectilíneo en el entramado espacio-tiempo, los planetas siguen lo que se denomina una geodésica. Siguiendo esta línea de razonamiento llegamos a la conclusión de que el tiempo transcurre más despacio cuanto más cerca de un objeto masivo nos encontremos. De hecho se puede comprobar empíricamente que existe una desviación entre un reloj situado a nivel de superficie terrestre y uno que se encuentre alejado de ella. Este efecto tiene repercusión por ejemplo en los sistemas GPS. Los relojes de los satélites adelantan con respecto a los situados en la superficie terrestre según los parámetros definidos por la teoría de la relatividad general.
Una de las aparentes contradicciones entre la Torá y la ciencia es la edad del universo. ¿Tiene mil millones de años como dicen los datos científicos, o son miles de años, como dicen los datos bíblicos? De acuerdo con la tradición de la Torá, no llegamos a tener ni 5800 años, a pesar de que los datos del telescopio Hubble o del telescopio en Hawai, indican un número de 15 mil millones de años.
Intentando resolver esta contradicción aparente, es interesante mirar históricamente las tendencias del conocimiento, ya que como es sabido nunca hay pruebas absolutas. Podemos observar cómo la ciencia ha cambiado su visión del mundo, no siendo esta una opción de la Torá, puesto que la Torá no tiene la opción de cambiar. (Yo intentaré no usar los comentarios bíblicos modernos, porque ellos ya conocen a la ciencia moderna, y están siempre influenciados por ella).
Los únicos datos que usaré están basados en los comentarios antiguos. Esto incluye el texto de la Torá (de hace más de 3300 años) con la traducción de la Torá al Arameo del sabio Onkelos (siglo I), el Talmud (redactado en el siglo V), y los tres principales comentaristas de la Torá. Hay muchos comentaristas, pero por sobre todo hay tres que son aceptados por todos: Rashi (siglo XI, Francia), quien trae la comprensión simple del texto, Maimónides (siglo XII, Egipto), que maneja los conceptos filosóficos, y Najmánides (siglo XIII, España), uno de los primeros cabalistas.
Estos antiguos comentarios fueron concluidos hace cientos o miles de años atrás, mucho antes de que Hubble fuera un destello en los ojos de su tatarabuelo. Así que no hay ninguna posibilidad de que la información de Hubble u otros científicos haya influenciado sobre ellos. Este es un componente importante en mi tentativa de mantener la siguiente discusión con un alto grado de objetividad.
Un Universo con un Comienzo
En 1959, fueron encuestados los principales científicos americanos. Entre todas las preguntas formuladas estaba la siguiente: "¿Cuál es su concepto de la edad del universo?". En 1959, la astronomía era popular, pero la cosmología - el entendimiento del universo a través de la física - estaba recién empezando a desarrollarse. Los resultados de esa encuesta fueron publicados en la revista "El Científico Americano" - la revista de ciencias más leída en el mundo. Dos tercios de los científicos dieron la misma respuesta. La respuesta que dos tercios - una mayoría abrumadora - de los científicos dio fue:
"¿Comienzo? No hubo un comienzo. Aristóteles y Platón nos enseñaron hace 2400 años que el universo es eterno. ¡Oh!, nosotros sabemos que la Biblia dice: 'En el comienzo'; eso es una linda historia que ayuda a los niños a irse a la cama por las noches, pero nosotros los científicos sabemos más cosas: no hubo un comienzo".
Eso fue en el año 1959.
En 1965, Penzia y Wilson descubrieron el eco del Big Bang en la oscuridad del cielo en la noche, y el paradigma del mundo cambió de un universo que era eterno a un universo que tiene un comienzo. La ciencia hizo un enorme cambio en su entendimiento sobre el mundo. ¿Entienden el impacto? ¡La ciencia dijo que nuestro universo tuvo un comienzo! ¡Que las primeras palabras de la Torá son correctas! La evolución, el hombre de las cavernas, y muchos otros temas más, pasaron a ser problemas triviales comparados al hecho de que ahora "entendemos" que tuvimos un comienzo.
Por supuesto, que el hecho de que hubo un comienzo no prueba que hubo un Iniciador. Si la segunda parte de Génesis 1:1 es correcta o no, no lo sabemos desde un punto de vista secular. La primera parte es: "En el comienzo..."; la segunda parte es: "...Dios creó los cielos y la tierra". La física admite la posibilidad de un comienzo sin un Iniciador. Yo no voy a entrar en este tema por ahora, pero en mi nuevo libro, "The Science of God", examinaré el tema en detalle.
La pregunta en la que nos habíamos quedado es: ¿Hace cuánto tiempo ocurrió ese "comienzo"? ¿Fue como dice la Torá, hace un poco más de 5700 años, o hace 15 mil millones de años como es afirmado por la comunidad científica?
Todo Comenzó en Rosh HaShaná
Lo primero que tenemos que entender es el origen del calendario judío. En nuestro calendario, la cuenta de los años comienza a partir del día de la creación de Adam, el primer hombre. Pero además, hubo seis días anteriores a la creación de Adam y estos seis días son también significativos. Por supuesto, la pregunta sería: ¿desde cuándo contamos el día cero?
En Rosh Hashaná, el comienzo del año judío, tocamos el shofar tres veces durante el servicio de musaf (en la mañana). Inmediatamente después de tocar el shofar decimos la siguiente oración:
"Haiom harat olam" - "Hoy fue creado el mundo".
Esta oración puede implicar que Rosh Hashaná conmemora la creación del universo. Pero no es así. Rosh Hashaná sí conmemora una creación, pero no la creación del universo. Tocamos el shofar tres veces para conmemorar tres creaciones que tuvieron lugar en los seis días del génesis. Primero fue la creación de todo el universo y sus leyes naturales. Luego, en el día quinto, fue creada la vida animal. Finalmente, al final del sexto día, fue creada la vida humana, y justo aquí aparece Rosh Hashaná. Esto significa que nosotros comenzamos a contar nuestros casi 5800 años desde la creación de Adam, el primer hombre, en el sexto día de la creación del mundo.
Nosotros tenemos un reloj que comienza con Adam, y los seis días de la creación están separados de este reloj. Esto nos indica que la Biblia tiene dos relojes.
Esto puede parecer una moderna racionalización si no fuese por el hecho de que los comentarios talmúdicos de más de 1500 años de antigüedad, ya nos habían hablado de estos conceptos. En el Midrash (Vaikrá Rabá 29:1) encontramos que todos los Sabios están de acuerdo en que Rosh Hashaná conmemora la creación de Adam y que los seis días del génesis están separados de nuestro sistema de "contar el tiempo".
Cuando esta información fue registrada por primera vez, 1500 años atrás, no fue porque uno de los Sabios estaba hablando con su hijo de 10 años que le dijo: "Papi, ¡no lo vas a creer! ¡Fuimos hoy al museo y aprendimos todo sobre un mundo de mil millones de años!", a lo que el padre le contestó: "Oh, entonces más vale que cambie la Biblia y en mi calendario contaré por separado los primeros seis días".
Esto no fue lo que pasó. Tú tienes que situarte 1500 años atrás, cuando las personas viajaban en burro y no había electricidad.
¿Por qué los primeros seis días fueron sacados del calendario? En ese tiempo no había necesidad de separarlos.
La razón por la cual fueron separados es porque el tiempo es diferente en esos seis días del génesis. "Fue la noche y la mañana; día uno, segundo día, tercer día, etc.", es una manera exótica y rara para describir el tiempo.
A partir de Adam, el curso del tiempo es descrito totalmente en términos humanos. Adam vivió 930 años, Set vivió 912 años, etc. Desde Adam en adelante, el curso del tiempo es totalmente humano. Pero antes de Adam, el tiempo es un concepto abstracto: "noche y mañana". Es como si estuvieras observando los hechos desde un punto de vista en el que no estás íntimamente relacionado con ellos.
Mirando Más Profundamente el Texto
Tratando de entender el curso del tiempo, tenemos que recordar que los primeros seis días de la creación están descriptos en sólo 31 versículos. Los seis días del génesis, los cuales provocaron a mucha gente dolores de cabeza tratando de entender a la ciencia como una oposición de la Biblia, ¡están encerrados en estas 31 oraciones!
En el MIT, en la biblioteca de Hayden, tenemos 50.000 libros que tratan el tema del desarrollo del universo: cosmología, química, termodinámica, paleontología, arqueología y las físicas de alta energía de la creación. En Harvard, en la biblioteca Weiger, hay probablemente 200.000 libros que hablan de estos mismos temas. Pero la Biblia sólo nos ofrece 31 oraciones acerca del tema, y no pienses que con una simple leída sabrás cada detalle que aparece dentro del texto, pues es obvio que tenemos que profundizar en su entendimiento para obtener la información que buscamos.
La idea de tener que profundizar en el texto no es una racionalización. El Talmud (Jagiga Cáp. 2) nos dice que desde la primera oración de la Biblia hasta el comienzo del segundo capítulo, el texto está escrito en forma de parábola - un poema con un texto y un subtexto. Ahora, sitúate 1500 años atrás, en los tiempos del Talmud. ¿Por qué el Talmud piensa que fue una parábola? ¿Piensas que 1500 años atrás, las personas pensaban que Dios no podía hacer el universo solamente en seis días?
Nosotros tenemos el problema hoy en día con la cosmología y los datos científicos. Pero 1500 años atrás, ¿cuál era el problema que había con los primeros seis días? Ninguno. No había problema.
Entonces cuando los Sabios excluyen a los primeros seis días de nuestro calendario y dicen que todo el texto es una parábola, no es porque tratan de justificar lo que vieron en el museo local. No había museos en aquellos tiempos. Nadie estaba excavando para encontrar fósiles. El hecho es que una leída profunda del texto pone en claro que hay mucha información oculta plegada en capas por debajo de la superficie.
La idea de buscar un significado más profundo en la Torá no difiere de la idea de buscar un significado más profundo en la ciencia. Si te levantas temprano en la mañana, verás al Sol saliendo por el este. Espera algunas horas y el Sol se pondrá por el oeste. La "lectura" simple es: "el Sol está girando alrededor de la Tierra". Pero hay mucho más que eso. ¿Y la Tierra girando en su eje? ¿Y si te olvidas del resto del universo y sólo tomas el sistema solar-terrestre? No es el Sol quien se está moviendo, a pesar de que eso es todo lo que se recibe a través de la percepción humana.
En el sistema solar-terrestre es el Sol quien está parado y la Tierra es la que está trasladándose y rotando en su eje. Esto significa que en este momento nos estamos moviendo a 1600 Km. por hora. "Allí van las nubes, ¡mira como pasan zumbando!". No, eso no es lo que está pasando, porque todos nos estamos moviendo juntos. Nosotros no lo sentimos porque es un movimiento de inercia, no hay aceleración. Es por eso que nos sentimos como si estuviésemos parados. Pero de hecho nos estamos moviendo a aproximadamente 1670 Km. por hora cuando rotamos para obtener un día y una noche en un ciclo de 24 horas.
Nuestra Tierra se mueve alrededor del Sol a 30 Km. por hora aproximadamente y todo el sistema solar se mueve alrededor del centro de nuestra galaxia a 250 Km. por segundo aproximadamente. Pero ¿sentimos algo? No. Es por eso que cuando Galileo discutió y proclamó que la Tierra no estaba quieta, fue arrestado.
Así como miramos profundamente en la ciencia, también necesitamos mirar profundamente en el texto bíblico. Miles de años atrás aprendimos que en el texto hay entrelíneas que expanden la idea que hay detrás de él. Son estas entrelíneas las que yo quiero ver ahora.
La Historia de la Naturaleza y la Historia Humana
Hay fuentes judías tempranas que nos dicen que el calendario está dividido en dos partes (aún precediendo al Midrash Vaikrá Rabá, que tiene más de 1500 años y lo dice explícitamente). En el último discurso que Moshé le dio al pueblo, él les dice que para ver las huellas de Dios en el universo, "consideren los días de antaño, entiendan los años de las generaciones" (Deuteronomio 32:7). Najmánides, en nombre de la Cábala, pregunta: "¿Por qué Moshé quiebra el calendario en dos partes: 'Los días de antaño' - por un lado, y 'los años de las generaciones' - por el otro? Porque 'consideren los días de antaño' se refiere a los seis días del génesis, mientras que 'entiendan los años de las generaciones' se refiere a todo el tiempo que se cuenta desde Adam en adelante".
Moshé dice que podemos ver el "sello" de Dios en el universo de una o de dos maneras. Mirando los fenómenos de los seis días y el desarrollo de un universo que es increíble, y si eso no te impresiona, entonces puedes considerar a la sociedad desde Adam en adelante - el fenómeno de la historia humana. De cualquiera de las dos maneras podrás encontrar el "sello" de Dios.
Recientemente me encontré en Jerusalem con el Profesor León Lederman, Premio Nobel en física. Estábamos hablando de ciencia, obviamente, y en la conversación le dije: "¿Qué piensas sobre la espiritualidad, León?". Él me contestó: "Shroeder, yo puedo hablar de ciencia contigo, pero sobre espiritualidad habla con las personas que están del otro lado de la calle, los teólogos". Él continuó: "Pero sí encuentro increíble el retorno del pueblo judío a su tierra".
Interesante. La primera parte de la declaración de Moshé, "consideren los días de antaño" - sobre los seis días del génesis - no impresionó al Prof. Lederman. Pero "entiendan los años de las generaciones" - la historia humana - sí lo impresionó. El Prof. Lederman no encontró nada asombroso en que los esquimales coman peces en el Ártico y no encontró nada grandioso en que los griegos coman musaka en Atenas. Pero él sí encuentra algo realmente increíble el que los judíos coman falafel en la calle Yaffo porque no tendría que haber pasado. Históricamente, no tiene ninguna lógica ni sentido que los judíos hayan vuelto a la Tierra de Israel. Sin embargo, eso es lo que pasó.
Y esa es una de las funciones del pueblo judío en el mundo: actuar como una prueba y una demostración. Nosotros sólo queremos que la gente entienda que hay algo en la historia que hace que ésta no sea en absoluto casualidad. Que hay una dirección en el curso de la historia. El mundo ya lo ha visto a través nuestro. No es casualidad que Israel está en la primera página del New York Time más que cualquier otra nación.
¿Qué es un "día"?
Volvamos a los seis días del génesis. Ya aprendimos que cuando el calendario judío marca cinco mil setecientos y tantos años, nosotros debemos agregarle a esa cantidad "otros seis días".
Hace unos años adquirí el fósil de un dinosaurio que estaba fechado (por dos cadenas radioactivas de desintegración) en 150 millones de años. (Si ustedes vienen a visitarme en Jerusalem, con mucho placer les mostraré el fósil - la vértebra de un plesiosaurio). Mi hija de siete años dijo: "¡Aba! ¿¡Dinosaurios!? ¿Cómo pueden existir dinosaurios de 150 millones de años cuando mi maestro de Biblia dice que el mundo aún no tiene 6000 años?". Entonces le dije a mi hija que mire en el libro de Salmos 90:4. Allí podrás encontrar algo bastante increíble. El Rey David dice: "1000 años a Tus ojos (Dios), son como un día que pasa y una fracción de la noche". Quizás el tiempo es diferente desde la perspectiva del Rey David de lo que lo es desde la perspectiva del Creador. Quizás el tiempo es diferente...
El Talmud, tratando de entender las entrelíneas de la Torá, analiza la palabra "jóshej" - que generalmente traducimos como oscuridad. Cuando la palabra "jóshej" aparece en Génesis 1:2, el Talmud explica que significa "un fuego negro" - una energía negra, una clase de energía que es tan poderosa que no se puede ver. Dos versículos después, en Génesis 1:4, el Talmud explica que la misma palabra - "jóshej"- significa "oscuridad", la ausencia de luz.
Otras palabras, tampoco son entendidas por su definición común. Por ejemplo, "máim" - generalmente significa "agua", pero Maimónides dice que en el estado original de la creación, la palabra "máim" también significa "los bloques de la construcción del universo".
Otro ejemplo podemos encontrar en Génesis 1:5, donde dice: "Fue la noche y la mañana - día uno". Esta es la primera vez que un día está cuantificado: noche y mañana. Najmánides habla sobre el significado de la noche y la mañana. ¿Esto quiere decir: "puesta del sol y salida del sol"? Ciertamente parecería eso.
Pero Najmánides recalca un problema. El texto dice "fue la noche y la mañana - día uno", "fue la noche y la mañana - segundo día", "fue la noche y la mañana - tercer día", pero sólo recién en el cuarto día el sol es creado. Najmánides dice que cualquier lector inteligente puede ver un problema obvio en esto. ¿Cómo tenemos un concepto de "noche y mañana" en los tres primeros días si el sol sólo es mencionado en el cuarto día?
Nosotros sabemos que el autor de la Biblia - aún si piensas que fue un grupo de beduinos sentados alrededor de una fogata en la noche - fue inteligente. Él, ella o eso produjo un Best Seller por miles de años, así que no puedes decir que se equivocó al escribir que el sol apareció recién en el cuarto día. La verdadera intención del autor es enseñarnos que a medida que pasa el tiempo y las personas entienden más sobre el universo, se puede penetrar más profundo dentro del texto.
Najmánides responde que el texto usa las palabras "vaiehí érev" - pero no quiere decir realmente "fue la noche". Él explica que las letras hebreas ain, reish, bet - que forman la raíz de la palabra "érev" - encierran la idea de desorden, mezcla, y a la noche se la llama "érev", porque cuando el sol baja, la visión se hace confusa. El significado literal de "vaiehí érev" es entonces: "hubo desorden". Por otro lado - dice Najmánides - la palabra de la Torá para "mañana" - "bóker" - es el opuesto absoluto a "érev". Cuando el sol sale, hay "bikoret", el mundo se hace ordenado pues hay luz y tenemos nuevamente la posibilidad de discernir.
Es por eso que no fue necesario nombrar al sol hasta el cuarto día. Porque desde la noche hasta la mañana hay un camino desde el desorden al orden, del caos al cosmos. Esto es algo que cualquier científico va a testificar que nunca pudo haber ocurrido en un sistema sin una guía. El orden nunca surge del desorden espontáneamente. Debe haber una guía para el sistema. Esto es una declaración inequívoca. El orden no puede surgir del desorden por reacciones casuales (en la teoría puede, pero en las probabilidades el número es tan infinitamente pequeño, que los físicos ven las probabilidades como cero).
Las leyes de la naturaleza guían el desarrollo del mundo y hay una cantidad monumental de información sobre el desarrollo que está codificada en los primeros seis días de la creación. Pero no está incluida explícitamente en el texto, de lo contrario ¡tendríamos creaciones en cada oración!
La Torá quiere que te asombres con el curso del orden, comenzando de un plasma caótico y terminando en una sinfonía de vida. Día a día el mundo progresa hasta niveles más y más altos. Orden que surge del desorden... es pura termodinámica... y está dicha en terminología de hace 3000 años atrás.
La Creación del Tiempo
Cada día de la creación está numerado, aún así hay discontinuidad en la manera en que los días están numerados. El versículo dice: "fue la noche y la mañana; día uno". Pero en el segundo día no dice "fue la noche y la mañana; día dos", sino que dice: "fue la noche y la mañana; segundo día", y la Torá continúa con esta forma: "fue la noche y la mañana; tercer día... cuarto día... quinto día... el sexto día".
Sólo en el primer día, el texto usa una forma diferente: no es el "primer día", sino el "día uno" (iom ejad). Hay muchas traducciones que cometen el error de escribir "primer día". Esto es porque los editores quieren que las cosas se vean lindas y consistentes. ¡Pero de esa manera anulan el mensaje verdadero del texto! Ya que hay una diferencia cualitativa, como nos dice Najmánides, entre "uno" y "primero": uno es absoluto; primero es comparativo.
Najmánides explica que en el día uno, el tiempo fue creado. Esto es una visión fenomenal. El tiempo fue creado. Yo puedo entender crear materia, inclusive espacio. ¿Pero tiempo? ¿Cómo se crea el tiempo? No puedes agarrar el tiempo. No puedes siquiera verlo. Tú puedes ver espacio y materia, sentir energía, ver energía eléctrica. Yo entiendo una creación en esos campos. ¿Pero la creación del tiempo? Hace 800 años atrás, Najmánides llegó a este entendimiento porque la Torá usa la frase "día uno". Y eso es exactamente lo que Einstein enseñó en la Teoría de la Relatividad: que hubo una creación, no sólo de espacio y materia, sino también de tiempo.
La Ley de la Relatividad de Einstein
Miramos al universo y decimos: "¿Cuán viejo es el universo? Mirando atrás en el tiempo, el universo tiene 15 mil millones de años aproximadamente". Esta es nuestra visión del tiempo. Pero ¿cuál es la visión del tiempo según la Biblia? ¿Cómo ve ella el tiempo? Quizás ve el tiempo de manera diferente. Y eso hace una gran diferencia.
Albert Einstein nos enseño que la cosmología del Big Bang no sólo trae en existencia espacio y materia, sino que también el tiempo es parte de esta cuestión. El tiempo es una dimensión. El tiempo está afectado por tu visión del tiempo. "Cómo lo ves" depende de "desde dónde lo estás mirando". Un minuto en la luna va más rápido que un minuto en la Tierra. Un minuto en el sol va más despacio. El tiempo en el sol está realmente estirado de tal manera que si podríamos poner un reloj en el sol, correría más despacio. Es una diferencia pequeña pero es mensurable y medida.
Si pusiéramos una naranja allí a madurar, tomaría más tiempo que madure. ¿Por qué? Porque el tiempo corre más despacio. ¿Lo sentiríamos correr más despacio? No. Porque nuestra biología sería parte del sistema. Si estuviésemos viviendo en el Sol, los latidos de nuestro corazón serían más lentos. Donde sea que estemos, nuestra biología está sincronizada con el tiempo local.
Si pudiéramos mirar de un sistema a otro, veríamos el tiempo de manera muy diferente, porque dependiendo de factores como la gravedad y la velocidad, percibiríamos el tiempo de manera muy diferente. El flujo del tiempo varía de un lugar a otro. De ahí el término: Relatividad.
Por ejemplo: una noche estábamos sentados en la mesa cenando, cuando mi hija de 11 años preguntó: "¿Cómo tu puedes tener dinosaurios? ¿Cómo puedes tener mil millones de años científicamente, y miles de años bíblicamente al mismo tiempo?". Entonces le dije que imagine un planeta donde el tiempo está tan estirado que mientras nosotros vivimos dos años en la Tierra, sólo tres minutos pasaron en el planeta. Esos lugares realmente existen y son observados desde la tierra. Sería difícil vivir allí con las condiciones locales y no podríamos llegar allí tampoco, pero haciendo experimentos mentales podemos lograrlo. Dos años van a pasar en la Tierra y tres minutos van a pasar en el planeta. Entonces mi hija dijo: "¡Grandioso! Mándame al planeta. Yo estaré tres minutos allí. Haré dos años de tareas escolares por adelantado. Volveré a casa y no habrá tareas por dos años".
Buen intento. Asumiendo que su edad era de 11 años cuando parte y de sus amigas también, ella pasa tres minutos en el planeta y luego vuelve a casa (el tiempo de viaje no lleva tiempo), ¿qué edad tiene ella cuando vuelve? Once años y tres minutos. Pero sus amigas tienen 13 años porque ella vivió tres minutos mientras que nosotros vivimos dos años. Sus amigas crecieron de 11 a 13 años, mientras ella sólo 3 días.
Si ella hubiese mirado hacia nuestro planeta, su percepción del tiempo en la Tierra hubiese sido que todo se estaba moviendo muy rápidamente. Ya que al pasar un minuto suyo, habrían pasado miles de los nuestros. Y si nosotros miráramos para arriba, veríamos que ella se está moviendo muy despacio.
¿Cuál es el tiempo correcto? ¿Tres años o tres minutos? La respuesta es: ambos. Los dos pasan al mismo tiempo. Esa es la herencia de Albert Einstein. Literalmente hay billones de lugares en el universo, donde si pondríamos un reloj en esa lugar, éste correría tan despacio que desde nuestra perspectiva (si pudiéramos llegar hasta tan lejos) pasarían 15 mil millones de años... pero el reloj en esa remota localidad marcaría seis días y nadie discute estos datos.
El Viaje en el Tiempo y el Big Bang
¿Pero cómo ayuda esto a explicar la Torá? Porque de todas maneras el Talmud y los comentaristas parecen decir que los seis días del génesis fueron períodos regulares de 24 horas.
Miremos un poco más profundamente. Las fuentes clásicas judías dicen que antes del comienzo nosotros no sabemos realmente que hubo; no podemos decir lo que antecedió al universo. El Midrash pregunta: ¿Por qué la Torá comienza con la letra Bet? Porque la Bet está cerrada en todas las direcciones, hacia arriba, hacia abajo y hacia la derecha; y sólo está abierta en su lado izquierdo, en dirección de la continuación del texto. Es por eso que no podemos saber lo que viene antes - sólo lo que viene después.
Najmánides complementa la afirmación. Él dice que a pesar de que los días tienen 24 horas, ellos contienen "kol iemot haolam" - todas las edades y todos los secretos del mundo.
Najmánides dice que antes del universo no hubo nada... pero repentinamente toda la creación apareció como un grano minúsculo. Él da la dimensión del grano: algo muy pequeño, como el tamaño de un grano de mostaza; y dice que es la única creación física. No hubo otra creación física; todas las otras creaciones fueron espirituales. El nefesh (el alma de los animales) y la neshamá (el alma del ser humano) son creaciones espirituales. Hay una sola creación física y esa creación fue un pequeño grano. El grano fue todo lo que había. Cualquier otra cosa era Dios. En ese grano estaba toda la materia prima que sería usada para hacer todo lo demás. Najmánides describe a la sustancia como "dak meod, ein bo mamash" - algo muy pequeño, que no hay sustancia en él. Y cuando este grano se expandió, esta sustancia - tan delgada que no tiene esencia - se transformó en materia, como ya sabemos.
Más adelante Najmánides escribe: "misheiesh, itfos bo zman" - desde el momento que toda la materia se formó a partir de esta sustancia insustancial, el tiempo se relacionó con ella. No hubo un "comienzo". El tiempo fue creado al comienzo. Cuando la materia se condensa, se congela, fuera de esta sustancia tan delgada que no tiene esencia - ahí es donde el reloj bíblico comienza.
La ciencia ha mostrado que hay una sola "sustancia insustancial" que puede transformarse en materia y es la energía. La famosa ecuación de Einstein: E=MC², nos dice que la energía puede transformarse en materia... y una vez que se transformó en materia, el tiempo toma lugar.
Najmánides ha hecho una afirmación increíble. Yo no sé si él conocía las leyes de la Relatividad pero nosotros sí las conocemos. Sabemos que la energía (ondas radiales, rayos gama, rayos x, rayos de luz) viajan a la velocidad de la luz que es 300 millones de metros por segundo. A esa velocidad el tiempo no transcurre. El universo se fue avejentando pero el tiempo sólo tuvo lugar cuando la materia se hizo presente. Este momento del tiempo, antes de que el reloj bíblico comience, duró 1/100.000 de un segundo aproximadamente. Un tiempo ínfimo. Pero en ese tiempo el universo se expandió de ser un grano pequeño hasta el tamaño del Sistema Solar. Desde aquel momento en adelante tenemos materia y el tiempo corre. El reloj comienza aquí.
Ahora, el hecho de que la Torá nos dice que hay "noche y mañana, día uno", nos viene a enseñar el tiempo desde una perspectiva Bíblica.
Einstein comprobó que el tiempo varía de un lugar a otro en el universo, y que el tiempo varía de una perspectiva a otra perspectiva en el universo. La Torá dice que hay "noche y mañana, día uno".
Si la Torá nos hubiese hablado del tiempo en los días de Moshé y el Monte Sinai - bastante después de Adam - el texto no hubiese dicho "día uno", porque cuando estuvimos en el Sinai, millones de días ya habían pasado desde la creación y como había una gran cantidad de tiempo con el cual comparar al día uno, hubiese dicho "primer día". En el segundo día del génesis, la Torá dice "segundo día", porque ya había un primer día con el cual compararlo. Podíamos decir en el segundo día "lo que pasó en el primer día", pero no podíamos decir en el primer día "lo que pasó en el primer día", porque "primero" implica comparación, una serie existente, y todavía no había una serie existente. Un día era todo lo que había.
Aún si la Torá hubiese visto el tiempo desde Adam, hubiese dicho "primer día", porque para su propia afirmación habían seis días. Pero la Torá dice "día uno" porque la Torá está mirando hacia adelante no desde Adam sino desde el comienzo, y dice: ¿cuántos años tiene el universo? Seis días (hasta Adam).
Mirando hacía atrás en el tiempo, decimos que el universo tiene 15 mil millones de años. Pero todo científico sabe que cuando decimos que tiene 15 mil millones de años, hay una parte de esta oración que nunca se dice. La otra parte de la oración es: El universo tiene 15 mil millones de años visto desde las coordenadas del tiempo-espacio que utilizamos donde nosotros estamos. Esa es la visión de la relatividad de Einstein.
La clave es que la Torá mira hacia adelante en el tiempo, desde coordenadas de tiempo-espacio muy diferentes, cuando el universo era pequeño. Pero desde entonces el universo se ha expandido. El espacio se expande, y esa expansión del espacio cambia totalmente la percepción del tiempo.
Imagínate volviendo atrás miles de millones de años hasta el comienzo del tiempo. Ahora haz de cuenta, en el comienzo del tiempo, que hay una comunidad inteligente (esto es totalmente ficticio). Imagina que la comunidad inteligente tiene un láser y está por disparar una onda de luz, y cada segundo sale un pulso. Cada segundo...un pulso. Pulso. Pulso. Disparan la luz y luego, millones de años más tarde, más allá de la línea del tiempo, nosotros aquí en la tierra tenemos un gran satélite y recibimos ese pulso de luz. En ese pulso de luz está impreso (el imprimir información en la luz es llamado fibras ópticas) "Yo les estoy enviando un pulso cada segundo". Luego un segundo pasa y el próximo pulso es enviado.
Ahora, la luz viaja a 300 millones de metros por segundo, así que los dos pulsos de luz están separados por 300 millones de metros. Ellos viajan a través del espacio por miles de millones de años y llegarán a la tierra miles de millones de años más tarde. Pero... ¡un momento! ¿El universo está estático? No. El universo se está expandiendo. Esa es la cosmología del universo. Y eso quiere decir que se está expandiendo dentro de un espacio vacío afuera del universo. Existe sólo el universo. No hay espacio afuera del universo. El universo se expande mediante la expansión del espacio. Es así que estos pulsos viajan a través de miles de millones de años y el universo se expande y el espacio se expande. ¿Qué sucede entonces con estos pulsos? El espacio entre ellos también se expande. Los pulsos realmente se alejan más y más.
Miles de millones de años más tarde, cuando el primer pulso llega, nosotros decimos: "Oh, ¡un pulso!". Y en él está escrito: "Yo les estoy enviando un pulso cada segundo". Tú llamas a todos tus amigos y esperas el siguiente pulso. ¿Llega el pulso un segundo más tarde? ¡No! ¿Un año más tarde quizás? No. Quizás miles de millones de años más tarde. Porque dependiendo de cuánto tiempo este pulso de luz ha viajado a través del espacio, se determinará la expansión que ha sufrido. Esto es cosmología estándar.
¿15 Mil Millones de Años o Seis Días?
Hoy en día nosotros miramos al tiempo hacia atrás y vemos 15 mil millones de años. Mirando hacia adelante, desde un universo muy pequeño - miles de millones de veces más pequeño - la Torá nos dice: "seis días". Verdaderamente, los dos datos pueden ser correctos.
Lo que es excitante en los últimos años en la cosmología, es que ahora nosotros hemos cuantificado los datos para saber la relación entre la "visión del tiempo" desde el comienzo, y la "visión del tiempo" hoy en día. No es ciencia ficción. Cualquiera de una docena de libros de física trae el mismo número. La relación general entre el tiempo cerca del comienzo y el tiempo hoy en día es un millón de millones. Eso es 1 con 12 ceros detrás de él. Entonces, cuando una visión desde el comienzo mirando hacia adelante dice "yo les estoy enviando un pulso por segundo", ¿lo veremos cada segundo? No. Lo veremos cada millón de millones de segundos. Porque eso es el efecto de expansión de la extensión del universo.
La Torá no dice cada segundo. Dice "seis días". ¿Cómo veríamos esos seis días? Si la Torá dice: estamos enviando información por seis días, ¿recibiríamos esa información como seis días? No. Recibiríamos esa información como seis millones de millones de días. Porque la perspectiva de la Torá es desde el comienzo en adelante.
Seis millones de millones de días es un número muy interesante. ¿Cuánto sería en años? Dividido por 365, viene a ser algo así como 16 mil millones de años. Esencialmente la edad estimada del universo. ¡Una buena estimación para 3000 años atrás!
La manera en que estas dos cantidades se igualan es extraordinaria. No estoy hablando como un teólogo; Estoy haciendo una afirmación científica. Yo no saqué estos números de un sombrero. Es por eso que me extendí en mi explicación, para que ustedes puedan seguirla paso a paso.
Ahora podemos seguir adelante. Miremos el desarrollo del tiempo día a día, basado en la expansión. Cada vez que el universo se duplica, la percepción del tiempo se divide al medio. Cuando el universo era pequeño, se doblaba rápidamente. Pero a medida que el universo se hace más grande, tarda más tiempo en duplicarse. Este ritmo de crecimiento de la expansión está citado en "Los Principios de la Cosmología Física", un texto que es usado en todo el mundo.
Los cálculos resultan de la siguiente manera:
El primero de los días bíblicos duró 24 horas, visto desde "la perspectiva del comienzo del tiempo". Pero la duración desde nuestra perspectiva es de 8 mil millones de años.
El segundo día, desde la perspectiva de la Torá, duró 24 horas. Desde nuestra perspectiva duró la mitad del día anterior, 4 mil millones de años.
El tercer día también duró la mitad del día anterior, 2 mil millones de años.
El cuarto día - mil millones de años.
El quinto día - quinientos millones de años.
El sexto día - doscientos cincuenta millones de años. Cuando sumamos los seis días, obtenemos como resultado que la edad del universo es de 15 y 3/4 mil millones de años. Igual que lo que dice la cosmología moderna. ¿Es casualidad?
Pero hay más aún. La Torá nos cuenta qué pasó en cada uno de esos días. Ahora puedes tomar la cosmología, la paleontología, la arqueología, leer sobre la historia del mundo y verificar si se asemejan o no día por día. Te doy un adelanto, se asemejan tanto que te dará escalofrío en todo el cuerpo cuando lo leas.
Intentando resolver esta contradicción aparente, es interesante mirar históricamente las tendencias del conocimiento, ya que como es sabido nunca hay pruebas absolutas. Podemos observar cómo la ciencia ha cambiado su visión del mundo, no siendo esta una opción de la Torá, puesto que la Torá no tiene la opción de cambiar. (Yo intentaré no usar los comentarios bíblicos modernos, porque ellos ya conocen a la ciencia moderna, y están siempre influenciados por ella).
Los únicos datos que usaré están basados en los comentarios antiguos. Esto incluye el texto de la Torá (de hace más de 3300 años) con la traducción de la Torá al Arameo del sabio Onkelos (siglo I), el Talmud (redactado en el siglo V), y los tres principales comentaristas de la Torá. Hay muchos comentaristas, pero por sobre todo hay tres que son aceptados por todos: Rashi (siglo XI, Francia), quien trae la comprensión simple del texto, Maimónides (siglo XII, Egipto), que maneja los conceptos filosóficos, y Najmánides (siglo XIII, España), uno de los primeros cabalistas.
Estos antiguos comentarios fueron concluidos hace cientos o miles de años atrás, mucho antes de que Hubble fuera un destello en los ojos de su tatarabuelo. Así que no hay ninguna posibilidad de que la información de Hubble u otros científicos haya influenciado sobre ellos. Este es un componente importante en mi tentativa de mantener la siguiente discusión con un alto grado de objetividad.
Un Universo con un Comienzo
En 1959, fueron encuestados los principales científicos americanos. Entre todas las preguntas formuladas estaba la siguiente: "¿Cuál es su concepto de la edad del universo?". En 1959, la astronomía era popular, pero la cosmología - el entendimiento del universo a través de la física - estaba recién empezando a desarrollarse. Los resultados de esa encuesta fueron publicados en la revista "El Científico Americano" - la revista de ciencias más leída en el mundo. Dos tercios de los científicos dieron la misma respuesta. La respuesta que dos tercios - una mayoría abrumadora - de los científicos dio fue:
"¿Comienzo? No hubo un comienzo. Aristóteles y Platón nos enseñaron hace 2400 años que el universo es eterno. ¡Oh!, nosotros sabemos que la Biblia dice: 'En el comienzo'; eso es una linda historia que ayuda a los niños a irse a la cama por las noches, pero nosotros los científicos sabemos más cosas: no hubo un comienzo".
Eso fue en el año 1959.
En 1965, Penzia y Wilson descubrieron el eco del Big Bang en la oscuridad del cielo en la noche, y el paradigma del mundo cambió de un universo que era eterno a un universo que tiene un comienzo. La ciencia hizo un enorme cambio en su entendimiento sobre el mundo. ¿Entienden el impacto? ¡La ciencia dijo que nuestro universo tuvo un comienzo! ¡Que las primeras palabras de la Torá son correctas! La evolución, el hombre de las cavernas, y muchos otros temas más, pasaron a ser problemas triviales comparados al hecho de que ahora "entendemos" que tuvimos un comienzo.
Por supuesto, que el hecho de que hubo un comienzo no prueba que hubo un Iniciador. Si la segunda parte de Génesis 1:1 es correcta o no, no lo sabemos desde un punto de vista secular. La primera parte es: "En el comienzo..."; la segunda parte es: "...Dios creó los cielos y la tierra". La física admite la posibilidad de un comienzo sin un Iniciador. Yo no voy a entrar en este tema por ahora, pero en mi nuevo libro, "The Science of God", examinaré el tema en detalle.
La pregunta en la que nos habíamos quedado es: ¿Hace cuánto tiempo ocurrió ese "comienzo"? ¿Fue como dice la Torá, hace un poco más de 5700 años, o hace 15 mil millones de años como es afirmado por la comunidad científica?
Todo Comenzó en Rosh HaShaná
Lo primero que tenemos que entender es el origen del calendario judío. En nuestro calendario, la cuenta de los años comienza a partir del día de la creación de Adam, el primer hombre. Pero además, hubo seis días anteriores a la creación de Adam y estos seis días son también significativos. Por supuesto, la pregunta sería: ¿desde cuándo contamos el día cero?
En Rosh Hashaná, el comienzo del año judío, tocamos el shofar tres veces durante el servicio de musaf (en la mañana). Inmediatamente después de tocar el shofar decimos la siguiente oración:
"Haiom harat olam" - "Hoy fue creado el mundo".
Esta oración puede implicar que Rosh Hashaná conmemora la creación del universo. Pero no es así. Rosh Hashaná sí conmemora una creación, pero no la creación del universo. Tocamos el shofar tres veces para conmemorar tres creaciones que tuvieron lugar en los seis días del génesis. Primero fue la creación de todo el universo y sus leyes naturales. Luego, en el día quinto, fue creada la vida animal. Finalmente, al final del sexto día, fue creada la vida humana, y justo aquí aparece Rosh Hashaná. Esto significa que nosotros comenzamos a contar nuestros casi 5800 años desde la creación de Adam, el primer hombre, en el sexto día de la creación del mundo.
Nosotros tenemos un reloj que comienza con Adam, y los seis días de la creación están separados de este reloj. Esto nos indica que la Biblia tiene dos relojes.
Esto puede parecer una moderna racionalización si no fuese por el hecho de que los comentarios talmúdicos de más de 1500 años de antigüedad, ya nos habían hablado de estos conceptos. En el Midrash (Vaikrá Rabá 29:1) encontramos que todos los Sabios están de acuerdo en que Rosh Hashaná conmemora la creación de Adam y que los seis días del génesis están separados de nuestro sistema de "contar el tiempo".
Cuando esta información fue registrada por primera vez, 1500 años atrás, no fue porque uno de los Sabios estaba hablando con su hijo de 10 años que le dijo: "Papi, ¡no lo vas a creer! ¡Fuimos hoy al museo y aprendimos todo sobre un mundo de mil millones de años!", a lo que el padre le contestó: "Oh, entonces más vale que cambie la Biblia y en mi calendario contaré por separado los primeros seis días".
Esto no fue lo que pasó. Tú tienes que situarte 1500 años atrás, cuando las personas viajaban en burro y no había electricidad.
¿Por qué los primeros seis días fueron sacados del calendario? En ese tiempo no había necesidad de separarlos.
La razón por la cual fueron separados es porque el tiempo es diferente en esos seis días del génesis. "Fue la noche y la mañana; día uno, segundo día, tercer día, etc.", es una manera exótica y rara para describir el tiempo.
A partir de Adam, el curso del tiempo es descrito totalmente en términos humanos. Adam vivió 930 años, Set vivió 912 años, etc. Desde Adam en adelante, el curso del tiempo es totalmente humano. Pero antes de Adam, el tiempo es un concepto abstracto: "noche y mañana". Es como si estuvieras observando los hechos desde un punto de vista en el que no estás íntimamente relacionado con ellos.
Mirando Más Profundamente el Texto
Tratando de entender el curso del tiempo, tenemos que recordar que los primeros seis días de la creación están descriptos en sólo 31 versículos. Los seis días del génesis, los cuales provocaron a mucha gente dolores de cabeza tratando de entender a la ciencia como una oposición de la Biblia, ¡están encerrados en estas 31 oraciones!
En el MIT, en la biblioteca de Hayden, tenemos 50.000 libros que tratan el tema del desarrollo del universo: cosmología, química, termodinámica, paleontología, arqueología y las físicas de alta energía de la creación. En Harvard, en la biblioteca Weiger, hay probablemente 200.000 libros que hablan de estos mismos temas. Pero la Biblia sólo nos ofrece 31 oraciones acerca del tema, y no pienses que con una simple leída sabrás cada detalle que aparece dentro del texto, pues es obvio que tenemos que profundizar en su entendimiento para obtener la información que buscamos.
La idea de tener que profundizar en el texto no es una racionalización. El Talmud (Jagiga Cáp. 2) nos dice que desde la primera oración de la Biblia hasta el comienzo del segundo capítulo, el texto está escrito en forma de parábola - un poema con un texto y un subtexto. Ahora, sitúate 1500 años atrás, en los tiempos del Talmud. ¿Por qué el Talmud piensa que fue una parábola? ¿Piensas que 1500 años atrás, las personas pensaban que Dios no podía hacer el universo solamente en seis días?
Nosotros tenemos el problema hoy en día con la cosmología y los datos científicos. Pero 1500 años atrás, ¿cuál era el problema que había con los primeros seis días? Ninguno. No había problema.
Entonces cuando los Sabios excluyen a los primeros seis días de nuestro calendario y dicen que todo el texto es una parábola, no es porque tratan de justificar lo que vieron en el museo local. No había museos en aquellos tiempos. Nadie estaba excavando para encontrar fósiles. El hecho es que una leída profunda del texto pone en claro que hay mucha información oculta plegada en capas por debajo de la superficie.
La idea de buscar un significado más profundo en la Torá no difiere de la idea de buscar un significado más profundo en la ciencia. Si te levantas temprano en la mañana, verás al Sol saliendo por el este. Espera algunas horas y el Sol se pondrá por el oeste. La "lectura" simple es: "el Sol está girando alrededor de la Tierra". Pero hay mucho más que eso. ¿Y la Tierra girando en su eje? ¿Y si te olvidas del resto del universo y sólo tomas el sistema solar-terrestre? No es el Sol quien se está moviendo, a pesar de que eso es todo lo que se recibe a través de la percepción humana.
En el sistema solar-terrestre es el Sol quien está parado y la Tierra es la que está trasladándose y rotando en su eje. Esto significa que en este momento nos estamos moviendo a 1600 Km. por hora. "Allí van las nubes, ¡mira como pasan zumbando!". No, eso no es lo que está pasando, porque todos nos estamos moviendo juntos. Nosotros no lo sentimos porque es un movimiento de inercia, no hay aceleración. Es por eso que nos sentimos como si estuviésemos parados. Pero de hecho nos estamos moviendo a aproximadamente 1670 Km. por hora cuando rotamos para obtener un día y una noche en un ciclo de 24 horas.
Nuestra Tierra se mueve alrededor del Sol a 30 Km. por hora aproximadamente y todo el sistema solar se mueve alrededor del centro de nuestra galaxia a 250 Km. por segundo aproximadamente. Pero ¿sentimos algo? No. Es por eso que cuando Galileo discutió y proclamó que la Tierra no estaba quieta, fue arrestado.
Así como miramos profundamente en la ciencia, también necesitamos mirar profundamente en el texto bíblico. Miles de años atrás aprendimos que en el texto hay entrelíneas que expanden la idea que hay detrás de él. Son estas entrelíneas las que yo quiero ver ahora.
La Historia de la Naturaleza y la Historia Humana
Hay fuentes judías tempranas que nos dicen que el calendario está dividido en dos partes (aún precediendo al Midrash Vaikrá Rabá, que tiene más de 1500 años y lo dice explícitamente). En el último discurso que Moshé le dio al pueblo, él les dice que para ver las huellas de Dios en el universo, "consideren los días de antaño, entiendan los años de las generaciones" (Deuteronomio 32:7). Najmánides, en nombre de la Cábala, pregunta: "¿Por qué Moshé quiebra el calendario en dos partes: 'Los días de antaño' - por un lado, y 'los años de las generaciones' - por el otro? Porque 'consideren los días de antaño' se refiere a los seis días del génesis, mientras que 'entiendan los años de las generaciones' se refiere a todo el tiempo que se cuenta desde Adam en adelante".
Moshé dice que podemos ver el "sello" de Dios en el universo de una o de dos maneras. Mirando los fenómenos de los seis días y el desarrollo de un universo que es increíble, y si eso no te impresiona, entonces puedes considerar a la sociedad desde Adam en adelante - el fenómeno de la historia humana. De cualquiera de las dos maneras podrás encontrar el "sello" de Dios.
Recientemente me encontré en Jerusalem con el Profesor León Lederman, Premio Nobel en física. Estábamos hablando de ciencia, obviamente, y en la conversación le dije: "¿Qué piensas sobre la espiritualidad, León?". Él me contestó: "Shroeder, yo puedo hablar de ciencia contigo, pero sobre espiritualidad habla con las personas que están del otro lado de la calle, los teólogos". Él continuó: "Pero sí encuentro increíble el retorno del pueblo judío a su tierra".
Interesante. La primera parte de la declaración de Moshé, "consideren los días de antaño" - sobre los seis días del génesis - no impresionó al Prof. Lederman. Pero "entiendan los años de las generaciones" - la historia humana - sí lo impresionó. El Prof. Lederman no encontró nada asombroso en que los esquimales coman peces en el Ártico y no encontró nada grandioso en que los griegos coman musaka en Atenas. Pero él sí encuentra algo realmente increíble el que los judíos coman falafel en la calle Yaffo porque no tendría que haber pasado. Históricamente, no tiene ninguna lógica ni sentido que los judíos hayan vuelto a la Tierra de Israel. Sin embargo, eso es lo que pasó.
Y esa es una de las funciones del pueblo judío en el mundo: actuar como una prueba y una demostración. Nosotros sólo queremos que la gente entienda que hay algo en la historia que hace que ésta no sea en absoluto casualidad. Que hay una dirección en el curso de la historia. El mundo ya lo ha visto a través nuestro. No es casualidad que Israel está en la primera página del New York Time más que cualquier otra nación.
¿Qué es un "día"?
Volvamos a los seis días del génesis. Ya aprendimos que cuando el calendario judío marca cinco mil setecientos y tantos años, nosotros debemos agregarle a esa cantidad "otros seis días".
Hace unos años adquirí el fósil de un dinosaurio que estaba fechado (por dos cadenas radioactivas de desintegración) en 150 millones de años. (Si ustedes vienen a visitarme en Jerusalem, con mucho placer les mostraré el fósil - la vértebra de un plesiosaurio). Mi hija de siete años dijo: "¡Aba! ¿¡Dinosaurios!? ¿Cómo pueden existir dinosaurios de 150 millones de años cuando mi maestro de Biblia dice que el mundo aún no tiene 6000 años?". Entonces le dije a mi hija que mire en el libro de Salmos 90:4. Allí podrás encontrar algo bastante increíble. El Rey David dice: "1000 años a Tus ojos (Dios), son como un día que pasa y una fracción de la noche". Quizás el tiempo es diferente desde la perspectiva del Rey David de lo que lo es desde la perspectiva del Creador. Quizás el tiempo es diferente...
El Talmud, tratando de entender las entrelíneas de la Torá, analiza la palabra "jóshej" - que generalmente traducimos como oscuridad. Cuando la palabra "jóshej" aparece en Génesis 1:2, el Talmud explica que significa "un fuego negro" - una energía negra, una clase de energía que es tan poderosa que no se puede ver. Dos versículos después, en Génesis 1:4, el Talmud explica que la misma palabra - "jóshej"- significa "oscuridad", la ausencia de luz.
Otras palabras, tampoco son entendidas por su definición común. Por ejemplo, "máim" - generalmente significa "agua", pero Maimónides dice que en el estado original de la creación, la palabra "máim" también significa "los bloques de la construcción del universo".
Otro ejemplo podemos encontrar en Génesis 1:5, donde dice: "Fue la noche y la mañana - día uno". Esta es la primera vez que un día está cuantificado: noche y mañana. Najmánides habla sobre el significado de la noche y la mañana. ¿Esto quiere decir: "puesta del sol y salida del sol"? Ciertamente parecería eso.
Pero Najmánides recalca un problema. El texto dice "fue la noche y la mañana - día uno", "fue la noche y la mañana - segundo día", "fue la noche y la mañana - tercer día", pero sólo recién en el cuarto día el sol es creado. Najmánides dice que cualquier lector inteligente puede ver un problema obvio en esto. ¿Cómo tenemos un concepto de "noche y mañana" en los tres primeros días si el sol sólo es mencionado en el cuarto día?
Nosotros sabemos que el autor de la Biblia - aún si piensas que fue un grupo de beduinos sentados alrededor de una fogata en la noche - fue inteligente. Él, ella o eso produjo un Best Seller por miles de años, así que no puedes decir que se equivocó al escribir que el sol apareció recién en el cuarto día. La verdadera intención del autor es enseñarnos que a medida que pasa el tiempo y las personas entienden más sobre el universo, se puede penetrar más profundo dentro del texto.
Najmánides responde que el texto usa las palabras "vaiehí érev" - pero no quiere decir realmente "fue la noche". Él explica que las letras hebreas ain, reish, bet - que forman la raíz de la palabra "érev" - encierran la idea de desorden, mezcla, y a la noche se la llama "érev", porque cuando el sol baja, la visión se hace confusa. El significado literal de "vaiehí érev" es entonces: "hubo desorden". Por otro lado - dice Najmánides - la palabra de la Torá para "mañana" - "bóker" - es el opuesto absoluto a "érev". Cuando el sol sale, hay "bikoret", el mundo se hace ordenado pues hay luz y tenemos nuevamente la posibilidad de discernir.
Es por eso que no fue necesario nombrar al sol hasta el cuarto día. Porque desde la noche hasta la mañana hay un camino desde el desorden al orden, del caos al cosmos. Esto es algo que cualquier científico va a testificar que nunca pudo haber ocurrido en un sistema sin una guía. El orden nunca surge del desorden espontáneamente. Debe haber una guía para el sistema. Esto es una declaración inequívoca. El orden no puede surgir del desorden por reacciones casuales (en la teoría puede, pero en las probabilidades el número es tan infinitamente pequeño, que los físicos ven las probabilidades como cero).
Las leyes de la naturaleza guían el desarrollo del mundo y hay una cantidad monumental de información sobre el desarrollo que está codificada en los primeros seis días de la creación. Pero no está incluida explícitamente en el texto, de lo contrario ¡tendríamos creaciones en cada oración!
La Torá quiere que te asombres con el curso del orden, comenzando de un plasma caótico y terminando en una sinfonía de vida. Día a día el mundo progresa hasta niveles más y más altos. Orden que surge del desorden... es pura termodinámica... y está dicha en terminología de hace 3000 años atrás.
La Creación del Tiempo
Cada día de la creación está numerado, aún así hay discontinuidad en la manera en que los días están numerados. El versículo dice: "fue la noche y la mañana; día uno". Pero en el segundo día no dice "fue la noche y la mañana; día dos", sino que dice: "fue la noche y la mañana; segundo día", y la Torá continúa con esta forma: "fue la noche y la mañana; tercer día... cuarto día... quinto día... el sexto día".
Sólo en el primer día, el texto usa una forma diferente: no es el "primer día", sino el "día uno" (iom ejad). Hay muchas traducciones que cometen el error de escribir "primer día". Esto es porque los editores quieren que las cosas se vean lindas y consistentes. ¡Pero de esa manera anulan el mensaje verdadero del texto! Ya que hay una diferencia cualitativa, como nos dice Najmánides, entre "uno" y "primero": uno es absoluto; primero es comparativo.
Najmánides explica que en el día uno, el tiempo fue creado. Esto es una visión fenomenal. El tiempo fue creado. Yo puedo entender crear materia, inclusive espacio. ¿Pero tiempo? ¿Cómo se crea el tiempo? No puedes agarrar el tiempo. No puedes siquiera verlo. Tú puedes ver espacio y materia, sentir energía, ver energía eléctrica. Yo entiendo una creación en esos campos. ¿Pero la creación del tiempo? Hace 800 años atrás, Najmánides llegó a este entendimiento porque la Torá usa la frase "día uno". Y eso es exactamente lo que Einstein enseñó en la Teoría de la Relatividad: que hubo una creación, no sólo de espacio y materia, sino también de tiempo.
La Ley de la Relatividad de Einstein
Miramos al universo y decimos: "¿Cuán viejo es el universo? Mirando atrás en el tiempo, el universo tiene 15 mil millones de años aproximadamente". Esta es nuestra visión del tiempo. Pero ¿cuál es la visión del tiempo según la Biblia? ¿Cómo ve ella el tiempo? Quizás ve el tiempo de manera diferente. Y eso hace una gran diferencia.
Albert Einstein nos enseño que la cosmología del Big Bang no sólo trae en existencia espacio y materia, sino que también el tiempo es parte de esta cuestión. El tiempo es una dimensión. El tiempo está afectado por tu visión del tiempo. "Cómo lo ves" depende de "desde dónde lo estás mirando". Un minuto en la luna va más rápido que un minuto en la Tierra. Un minuto en el sol va más despacio. El tiempo en el sol está realmente estirado de tal manera que si podríamos poner un reloj en el sol, correría más despacio. Es una diferencia pequeña pero es mensurable y medida.
Si pusiéramos una naranja allí a madurar, tomaría más tiempo que madure. ¿Por qué? Porque el tiempo corre más despacio. ¿Lo sentiríamos correr más despacio? No. Porque nuestra biología sería parte del sistema. Si estuviésemos viviendo en el Sol, los latidos de nuestro corazón serían más lentos. Donde sea que estemos, nuestra biología está sincronizada con el tiempo local.
Si pudiéramos mirar de un sistema a otro, veríamos el tiempo de manera muy diferente, porque dependiendo de factores como la gravedad y la velocidad, percibiríamos el tiempo de manera muy diferente. El flujo del tiempo varía de un lugar a otro. De ahí el término: Relatividad.
Por ejemplo: una noche estábamos sentados en la mesa cenando, cuando mi hija de 11 años preguntó: "¿Cómo tu puedes tener dinosaurios? ¿Cómo puedes tener mil millones de años científicamente, y miles de años bíblicamente al mismo tiempo?". Entonces le dije que imagine un planeta donde el tiempo está tan estirado que mientras nosotros vivimos dos años en la Tierra, sólo tres minutos pasaron en el planeta. Esos lugares realmente existen y son observados desde la tierra. Sería difícil vivir allí con las condiciones locales y no podríamos llegar allí tampoco, pero haciendo experimentos mentales podemos lograrlo. Dos años van a pasar en la Tierra y tres minutos van a pasar en el planeta. Entonces mi hija dijo: "¡Grandioso! Mándame al planeta. Yo estaré tres minutos allí. Haré dos años de tareas escolares por adelantado. Volveré a casa y no habrá tareas por dos años".
Buen intento. Asumiendo que su edad era de 11 años cuando parte y de sus amigas también, ella pasa tres minutos en el planeta y luego vuelve a casa (el tiempo de viaje no lleva tiempo), ¿qué edad tiene ella cuando vuelve? Once años y tres minutos. Pero sus amigas tienen 13 años porque ella vivió tres minutos mientras que nosotros vivimos dos años. Sus amigas crecieron de 11 a 13 años, mientras ella sólo 3 días.
Si ella hubiese mirado hacia nuestro planeta, su percepción del tiempo en la Tierra hubiese sido que todo se estaba moviendo muy rápidamente. Ya que al pasar un minuto suyo, habrían pasado miles de los nuestros. Y si nosotros miráramos para arriba, veríamos que ella se está moviendo muy despacio.
¿Cuál es el tiempo correcto? ¿Tres años o tres minutos? La respuesta es: ambos. Los dos pasan al mismo tiempo. Esa es la herencia de Albert Einstein. Literalmente hay billones de lugares en el universo, donde si pondríamos un reloj en esa lugar, éste correría tan despacio que desde nuestra perspectiva (si pudiéramos llegar hasta tan lejos) pasarían 15 mil millones de años... pero el reloj en esa remota localidad marcaría seis días y nadie discute estos datos.
El Viaje en el Tiempo y el Big Bang
¿Pero cómo ayuda esto a explicar la Torá? Porque de todas maneras el Talmud y los comentaristas parecen decir que los seis días del génesis fueron períodos regulares de 24 horas.
Miremos un poco más profundamente. Las fuentes clásicas judías dicen que antes del comienzo nosotros no sabemos realmente que hubo; no podemos decir lo que antecedió al universo. El Midrash pregunta: ¿Por qué la Torá comienza con la letra Bet? Porque la Bet está cerrada en todas las direcciones, hacia arriba, hacia abajo y hacia la derecha; y sólo está abierta en su lado izquierdo, en dirección de la continuación del texto. Es por eso que no podemos saber lo que viene antes - sólo lo que viene después.
Najmánides complementa la afirmación. Él dice que a pesar de que los días tienen 24 horas, ellos contienen "kol iemot haolam" - todas las edades y todos los secretos del mundo.
Najmánides dice que antes del universo no hubo nada... pero repentinamente toda la creación apareció como un grano minúsculo. Él da la dimensión del grano: algo muy pequeño, como el tamaño de un grano de mostaza; y dice que es la única creación física. No hubo otra creación física; todas las otras creaciones fueron espirituales. El nefesh (el alma de los animales) y la neshamá (el alma del ser humano) son creaciones espirituales. Hay una sola creación física y esa creación fue un pequeño grano. El grano fue todo lo que había. Cualquier otra cosa era Dios. En ese grano estaba toda la materia prima que sería usada para hacer todo lo demás. Najmánides describe a la sustancia como "dak meod, ein bo mamash" - algo muy pequeño, que no hay sustancia en él. Y cuando este grano se expandió, esta sustancia - tan delgada que no tiene esencia - se transformó en materia, como ya sabemos.
Más adelante Najmánides escribe: "misheiesh, itfos bo zman" - desde el momento que toda la materia se formó a partir de esta sustancia insustancial, el tiempo se relacionó con ella. No hubo un "comienzo". El tiempo fue creado al comienzo. Cuando la materia se condensa, se congela, fuera de esta sustancia tan delgada que no tiene esencia - ahí es donde el reloj bíblico comienza.
La ciencia ha mostrado que hay una sola "sustancia insustancial" que puede transformarse en materia y es la energía. La famosa ecuación de Einstein: E=MC², nos dice que la energía puede transformarse en materia... y una vez que se transformó en materia, el tiempo toma lugar.
Najmánides ha hecho una afirmación increíble. Yo no sé si él conocía las leyes de la Relatividad pero nosotros sí las conocemos. Sabemos que la energía (ondas radiales, rayos gama, rayos x, rayos de luz) viajan a la velocidad de la luz que es 300 millones de metros por segundo. A esa velocidad el tiempo no transcurre. El universo se fue avejentando pero el tiempo sólo tuvo lugar cuando la materia se hizo presente. Este momento del tiempo, antes de que el reloj bíblico comience, duró 1/100.000 de un segundo aproximadamente. Un tiempo ínfimo. Pero en ese tiempo el universo se expandió de ser un grano pequeño hasta el tamaño del Sistema Solar. Desde aquel momento en adelante tenemos materia y el tiempo corre. El reloj comienza aquí.
Ahora, el hecho de que la Torá nos dice que hay "noche y mañana, día uno", nos viene a enseñar el tiempo desde una perspectiva Bíblica.
Einstein comprobó que el tiempo varía de un lugar a otro en el universo, y que el tiempo varía de una perspectiva a otra perspectiva en el universo. La Torá dice que hay "noche y mañana, día uno".
Si la Torá nos hubiese hablado del tiempo en los días de Moshé y el Monte Sinai - bastante después de Adam - el texto no hubiese dicho "día uno", porque cuando estuvimos en el Sinai, millones de días ya habían pasado desde la creación y como había una gran cantidad de tiempo con el cual comparar al día uno, hubiese dicho "primer día". En el segundo día del génesis, la Torá dice "segundo día", porque ya había un primer día con el cual compararlo. Podíamos decir en el segundo día "lo que pasó en el primer día", pero no podíamos decir en el primer día "lo que pasó en el primer día", porque "primero" implica comparación, una serie existente, y todavía no había una serie existente. Un día era todo lo que había.
Aún si la Torá hubiese visto el tiempo desde Adam, hubiese dicho "primer día", porque para su propia afirmación habían seis días. Pero la Torá dice "día uno" porque la Torá está mirando hacia adelante no desde Adam sino desde el comienzo, y dice: ¿cuántos años tiene el universo? Seis días (hasta Adam).
Mirando hacía atrás en el tiempo, decimos que el universo tiene 15 mil millones de años. Pero todo científico sabe que cuando decimos que tiene 15 mil millones de años, hay una parte de esta oración que nunca se dice. La otra parte de la oración es: El universo tiene 15 mil millones de años visto desde las coordenadas del tiempo-espacio que utilizamos donde nosotros estamos. Esa es la visión de la relatividad de Einstein.
La clave es que la Torá mira hacia adelante en el tiempo, desde coordenadas de tiempo-espacio muy diferentes, cuando el universo era pequeño. Pero desde entonces el universo se ha expandido. El espacio se expande, y esa expansión del espacio cambia totalmente la percepción del tiempo.
Imagínate volviendo atrás miles de millones de años hasta el comienzo del tiempo. Ahora haz de cuenta, en el comienzo del tiempo, que hay una comunidad inteligente (esto es totalmente ficticio). Imagina que la comunidad inteligente tiene un láser y está por disparar una onda de luz, y cada segundo sale un pulso. Cada segundo...un pulso. Pulso. Pulso. Disparan la luz y luego, millones de años más tarde, más allá de la línea del tiempo, nosotros aquí en la tierra tenemos un gran satélite y recibimos ese pulso de luz. En ese pulso de luz está impreso (el imprimir información en la luz es llamado fibras ópticas) "Yo les estoy enviando un pulso cada segundo". Luego un segundo pasa y el próximo pulso es enviado.
Ahora, la luz viaja a 300 millones de metros por segundo, así que los dos pulsos de luz están separados por 300 millones de metros. Ellos viajan a través del espacio por miles de millones de años y llegarán a la tierra miles de millones de años más tarde. Pero... ¡un momento! ¿El universo está estático? No. El universo se está expandiendo. Esa es la cosmología del universo. Y eso quiere decir que se está expandiendo dentro de un espacio vacío afuera del universo. Existe sólo el universo. No hay espacio afuera del universo. El universo se expande mediante la expansión del espacio. Es así que estos pulsos viajan a través de miles de millones de años y el universo se expande y el espacio se expande. ¿Qué sucede entonces con estos pulsos? El espacio entre ellos también se expande. Los pulsos realmente se alejan más y más.
Miles de millones de años más tarde, cuando el primer pulso llega, nosotros decimos: "Oh, ¡un pulso!". Y en él está escrito: "Yo les estoy enviando un pulso cada segundo". Tú llamas a todos tus amigos y esperas el siguiente pulso. ¿Llega el pulso un segundo más tarde? ¡No! ¿Un año más tarde quizás? No. Quizás miles de millones de años más tarde. Porque dependiendo de cuánto tiempo este pulso de luz ha viajado a través del espacio, se determinará la expansión que ha sufrido. Esto es cosmología estándar.
¿15 Mil Millones de Años o Seis Días?
Hoy en día nosotros miramos al tiempo hacia atrás y vemos 15 mil millones de años. Mirando hacia adelante, desde un universo muy pequeño - miles de millones de veces más pequeño - la Torá nos dice: "seis días". Verdaderamente, los dos datos pueden ser correctos.
Lo que es excitante en los últimos años en la cosmología, es que ahora nosotros hemos cuantificado los datos para saber la relación entre la "visión del tiempo" desde el comienzo, y la "visión del tiempo" hoy en día. No es ciencia ficción. Cualquiera de una docena de libros de física trae el mismo número. La relación general entre el tiempo cerca del comienzo y el tiempo hoy en día es un millón de millones. Eso es 1 con 12 ceros detrás de él. Entonces, cuando una visión desde el comienzo mirando hacia adelante dice "yo les estoy enviando un pulso por segundo", ¿lo veremos cada segundo? No. Lo veremos cada millón de millones de segundos. Porque eso es el efecto de expansión de la extensión del universo.
La Torá no dice cada segundo. Dice "seis días". ¿Cómo veríamos esos seis días? Si la Torá dice: estamos enviando información por seis días, ¿recibiríamos esa información como seis días? No. Recibiríamos esa información como seis millones de millones de días. Porque la perspectiva de la Torá es desde el comienzo en adelante.
Seis millones de millones de días es un número muy interesante. ¿Cuánto sería en años? Dividido por 365, viene a ser algo así como 16 mil millones de años. Esencialmente la edad estimada del universo. ¡Una buena estimación para 3000 años atrás!
La manera en que estas dos cantidades se igualan es extraordinaria. No estoy hablando como un teólogo; Estoy haciendo una afirmación científica. Yo no saqué estos números de un sombrero. Es por eso que me extendí en mi explicación, para que ustedes puedan seguirla paso a paso.
Ahora podemos seguir adelante. Miremos el desarrollo del tiempo día a día, basado en la expansión. Cada vez que el universo se duplica, la percepción del tiempo se divide al medio. Cuando el universo era pequeño, se doblaba rápidamente. Pero a medida que el universo se hace más grande, tarda más tiempo en duplicarse. Este ritmo de crecimiento de la expansión está citado en "Los Principios de la Cosmología Física", un texto que es usado en todo el mundo.
Los cálculos resultan de la siguiente manera:
El primero de los días bíblicos duró 24 horas, visto desde "la perspectiva del comienzo del tiempo". Pero la duración desde nuestra perspectiva es de 8 mil millones de años.
El segundo día, desde la perspectiva de la Torá, duró 24 horas. Desde nuestra perspectiva duró la mitad del día anterior, 4 mil millones de años.
El tercer día también duró la mitad del día anterior, 2 mil millones de años.
El cuarto día - mil millones de años.
El quinto día - quinientos millones de años.
El sexto día - doscientos cincuenta millones de años. Cuando sumamos los seis días, obtenemos como resultado que la edad del universo es de 15 y 3/4 mil millones de años. Igual que lo que dice la cosmología moderna. ¿Es casualidad?
Pero hay más aún. La Torá nos cuenta qué pasó en cada uno de esos días. Ahora puedes tomar la cosmología, la paleontología, la arqueología, leer sobre la historia del mundo y verificar si se asemejan o no día por día. Te doy un adelanto, se asemejan tanto que te dará escalofrío en todo el cuerpo cuando lo leas.
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