La mayoría de las personas estará de acuerdo en que la cuestión más básica y fundamental acerca de la existencia no es que no haya nada aquí, sino más bien que haya algo aquí. Yo formo parte de algún tipo de realidad. Yo tengo conciencia, la percepción de que algo está transcurriendo, desarrollándose, ocurriendo. Y usted y yo somos parte de esto. La realidad que surge de nuestra observación y experiencia personal es que somos participantes de un universo espacio-temporal que se caracteriza por una serie de sucesos. La mente, naturalmente, se pregunta: "¿Qué es esto? ¿De dónde vino?". ¿Acaso el cosmos, lo que vemos, simplemente vino a la existencia de la nada, o ha estado, este universo material del cual formamos parte, siempre aquí? ¿O es que algo o alguien, que trasciende este universo material, es responsable de traerlo a la existencia, y a nosotros con él?
El argumento cosmológico
Este argumento se centra en el concepto de causalidad. Todo suceso tiene una causa, y esto incluye el universo. Tuvo un principio. Hubo un tiempo en que no existía, y un tiempo en que existía:
"No se ha encontrado ninguna explicación fuera del big bang para la radiación de la bola de fuego. El argumento decisivo, que ha convencido casi al último escéptico, es que la radiación descubierta por Penzias y Wilson tiene exactamente el patrón de longitudes de onda esperado para la luz y el calor producidos en una gran explosión"."Los astrónomos encuentran ahora que se han quedado sin alternativas, porque han demostrado, mediante sus propios métodos, que el mundo comenzó abruptamente en un acto de creación donde uno puede encontrar las semillas de cada estrella, cada planeta y cada cosa de este cosmos y sobre esta tierra. Y han encontrado que todo esto ocurrió como producto de fuerzas que no pueden esperar descubrir"Algunos han sostenido que un retroceso infinito de causas podría no ser lógicamente posible. Dicen que el universo no es un "todo" que necesita una única causa, ¡sino más bien es "mutuamente dependiente" de sí mismo! La dependencia mutua no es el tema. El verdadero asunto es por qué hay un universo existente en vez de un universo no existente. La realidad y la racionalidad sugieren que todo suceso tiene una causa. Las series enteras de sucesos deben tener una causa también (dado que el todo es la suma de las partes). Si todas las partes fueran quitadas, ¿quedaría algo? Si decimos sí, entonces EIN SOF existe (es decir, un ser eterno necesario que es más que el mundo). Si decimos no, entonces el todo es contingente también, y necesita una causa más allá de él EIN SOF .
La generalidad de la realidad desde el punto de vista espiritual se divide en tres índoles:
ATZMUT - EIN - SOF - NESHAMA
ATZMUT: es la esencia inmanifestable, la mismidad del Creador y su "lugar" está por encima de la palabra y toda articulación posible. De acuerdo con los maestros de la Kabalah nada se puede expresar acerca de SU ATZMUT, ya que no tenemos alcance alguno. Todo lo que digamos acerca de la ATZMUT del CREADOR estará basado en meras suposiciones e imaginación, y la Kabalah sólo trata de lo que el hombre tiene la potencialidad de alcanzar mediante su esfuerzo y superación.
Por lo tanto, todo esfuerzo en dirección a definir la Esencia es contraproducente y no responde a los propósitos de la Kabalah.
Todo el vocabulario que maneja la Sabiduría de la Kabalah no tiene realidad en Atzmút, es decir en la Esencia del Creador, sino sólo en la Luz que se expande desde EL, en Su manifestación. EIN-SOF: es el Infinito donde se encuentra el "programa de la Creación", cuya finalidad y voluntad es beneficiar a las creaturas infinitamente. Ein - Sof es el "lugar" de encuentro entre la Esencia del Creador y la Neshamá, entendiendo este vínculo como la voluntad original de dar placer y completitud a todas las creaturas. Por lo tanto Ein - Sof es el espacio de relación entre la Esencia del Creador/Atzmút y su Creación.
NESHAMA: es aquella a la cual le está destinada toda la plenitud, beneficio y completitud contenidos en el Ein - Sof.
Cinco nombres tiene el alma y éste es su orden de lo inferior a lo superior: Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá.
Así comienza el libro "Shaar haGuilgulím"/ "El Pórtico de las Rotaciones del Alma", tal como lo recopiló el Rabino y Kabalista Jaím Vital según lo recibió de su maestro el Rabino y Sabio Kabalista Itzják Luria Ashkenazi, conocido como el Ariz'al.
La Luz del Infinito/Or Ein - Sof, al ingresar dentro del ámbito de la Creación adquiere voluntad y conciencia diferenciada, lo cual se traduce en diferentes seres y formas.Este proceso ocurre simultáneamente en todas las particularidades de la Creación, adoptando así la Luz del Infinito diversos grados e índoles.En el hombre estos grados de voluntad y conciencia conforman los diversos estratos del alma, llamados: Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá.Los 5 estratos del alma con su infinidad de gradaciones son los grados de la Luz del Infinito revestidos en la conciencia, voluntad y deseos del hombre.Estos 5 grados son las Luces que luego van a iluminar gradualmente los ocultamientos producidos por el acto del zimtzúm/contracción original del deseo de recibir la Luz del Infinito, en los 5 mundos denominados : Adam Kadmón, Atzilút, Briá, Ietzirá y Asiá.La palabra mundo, en hebreo olam, proviene del verbo lehialém que significa ocultar. Es decir que cada mundo es un ocultamiento de su estado precedente, y el mundo superior es a su vez generador y causante de su inmediato inferior.La relación entre los mundos está regida por la ley de causa y efecto, siendo que todo lo que sucede en los mundos inferiores es el resultado de cómo éstos reciben lo superior, y no cómo lo superior es en sí mismo.La única posibilidad de que los mundos inferiores expandan sus límites y se unifiquen con los superiores es elevándose hacia ellos.Esto sólo se logra refinando nuestros deseos, nuestra voluntad y conciencia. La realización de este proceso requiere el conocimiento y la puesta en práctica de los aspectos fundamentales de la Sabiduría de la Kabalah , que son :
MAASE BERESHIT: conocimiento y conciencia de los mundos, planos y grados que rigen la Creación.
En el lenguaje de la Kabalah ellos son designados con nombres muy precisos que indican, para el iniciado, la distancia espiritual con respecto a los estados superiores y al origen, el Infinito/Ein - Sof.
El estudio de este "mapa y su nomenclatura, introduce al iniciado en los diferentes grados y voluntades existentes, y depende del esfuerzo personal de éste para que dicho estudio trascienda el plano mental y pase a ser espiritualmente aplicable.
MAASE MERKABA: trabajo espiritual del hombre en su ascenso gradual por los mundos.La base de este estudio es el refinamiento de nuestra voluntad y deseos personales sin lo cual no se "abren" las puertas de nuestro corazón, que es el lugar donde está la merkabá, la carroza, que puede llevarnos hacia los mundos superiores.
En maasé merkabá es fundamental trabajar el ratzón lekabel/voluntad y deseo de recibir y el ratzón lehashpía / voluntad y deseo de dar y beneficiar, ya que el ratzón lekabel hace descender la carroza hacia los mundos inferiores y el ratzón lehashpía la eleva hacia los mundos superiores.
En este aspecto reside, en definitiva, el libre albedrío del hombre: ratzón lekabel, deseo de recibir egoísta o ratzón lehashpía, deseo de dar y beneficiar.Ratzón, deseo y voluntad, es lo que produce todos los movimientos en el hombre, tanto en lo personal como en lo colectivo, en lo espiritual y en lo material.Todo es parte de una y única realidad indivisible de la cual cada Neshamá es una manifestación.El trabajo del hombre consiste en transformar su ratzón lekabel en ratzón lehashpía.
El ratzón lekabel es imposible de anular ya que es toda la Creación y la fuerza que mueve nuestra vida. El trabajo espiritual conciente consiste en que nuestro deseo de recibir sea undeseo de recibir para dar.
De esa forma elevamos nuestro pequeño y limitado mundo al Infinito /Ein - Sof donde todas las Neshamót son UNA y todos los olamót/mundos, son UNO.
20090315
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