Historia de los Principios
Vamos a comenzar. Como dije, la Torá afirma que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. No vamos a hablar desde la fe. En realidad, en el judaismo no existe el conocimiento "por la fe". Vamos a enfocar este tema de la forma más científica posible: con evidencias, datos, hipótesis.
En primer lugar, tenemos que ubicarnos en lo que fue la antigua concepción humana del Universo, del cosmos. La afirmación de la Torá, Bereshit, en el principio existió una creación divina, no fue nunca muy bien vista por la ciencia. De hecho fue rechazada por los científicos de la antigüedad.
Uno de los más grandes sabios que conoció la humanidad, cuyo pensamiento y ciencia rigieron el conocimiento científico del hombre durante siglos, fue Aristóteles. Y Aristóteles describió un Mundo estable, finito, y eterno. Porque él, como nosotros, salía afuera y miraba el cielo y las estrellas y veía que los astros se desplazaban en órbitas aburridas, mecánicas y matemáticamente previsibles. Entonces este Mundo, decía Aristóteles, siempre existió así como lo vemos ahora. No tuvo ningún "principio" y siempre seguirá siendo el mismo y por lo tanto "no hubo nadie que lo creara". Incluso desde el punto de vista filosófico el dios -con minúsculas- de Aristóteles era un dios privado de voluntad. Para Aristóteles el hecho de que existiera una creación reflejaría una modificación en Dios, y su dios era estable y por la misma proyección del universo, eterno, e inmutable. A Dios, según el pensamiento aristotélico, no se le podría ocurrir de pronto querer un universo. Por lo tanto, ya sea desde el punto de vista físico y astronómico, como desde lo filosófico, Aristóteles y toda la ciencia desde él hasta nuestros días, sostuvieron que "Bereshit" no existió. El mundo era eterno.
La Edad Media registra innumerables discusiones de sabios judíos frente a sabios aristotélicos. Los sabios aristotélicos demostraban “científicamente” que el mundo era eterno, y los sabios judíos, siempre a la defensiva, declaraban un tímido Bereshit, que entonces, era casi una proclamación de fe.
Quizás el paradigma de esta defensa lo representó el famoso Rabí Moshé Ben Maimón, que tanto hemos citado acá, a quien se le conoce como Rambam o Maimónides. Ese ilustre sabio, médico, filósofo y astrónomo, que tuvo el pueblo judío, es sin duda el modelo de inspiración de estas jornadas. El fue quien discutió con los sabios aristotélicos manteniendo que el mundo había tenido un principio. Y lo notable es que hasta bien entrado el siglo XX todavía la ciencia seguía afirmando que el mundo era finito y eterno, que no existió un "Bereshit".
El descubrimiento de Andrómeda
¿Cuándo es que se descubre que el mundo tuvo un principio, que hubo un Bereshit, que el mundo no era eterno? Hubo varios sabios y astrónomos, que con telescopios cada vez más potentes empezaron a ver diferentes puntos de nuestra galaxia. Desde Galileo y Copérnico. Y por supuesto a partir de nuestro siglo XX, comenzaron a observar otras galaxias y vieron que éstas no se desplazaban en órbitas, como hubiéramos esperado. Es decir, mientras que todos los astros y los cuerpos celestes de nuestra galaxia aparentemente sí se desplazaban de forma orbital, las galaxias no hacían lo mismo. Vesto Slipher fue el primero que lo percibió, pero el científico que lo pudo verificar fue Edwin Hubble. (Hoy tenemos grandes y poderosos telescopios en su nombre). Año 1925 más o menos, Hubble descubre una galaxia llamada Andrómeda. A través de una sofisticada medición de la luz denominada "efecto doppler", (es una forma de medir la luz que va llegando de las galaxias más lejanas) él calculó que esa galaxia se estaba "alejando" de un punto de referencia establecido, a una velocidad astronómica. E incluso descubre otra galaxia que está más lejos que Andrómeda, y que se aleja más rápido que Andrómeda, lo cual empieza a demostrar una imagen del universo hasta ahora desconocida. Si pasamos la película para atrás, lo podremos entender... La galaxia Andrómeda, a una velocidad 10 digamos, está en el punto A. La otra galaxia a una velocidad 12, está en un punto B, más alejado, o sea que cuanto más rápida es la velocidad de la galaxia, más alejada está. Por lo tanto si volvemos hacia atrás la película de todas las galaxias que se van alejando, llegaríamos a un punto en el cual todas las galaxias vuelven a un centro original, un punto. Y de aquí, un poco después, en el año 1946, el famoso científico George Gamow, elabora la teoría del Big Bang. Es decir, de que en realidad en un principio todo era una impresionantemente poderosa super-bola de fuego, decía Gamow, de energía, que al explotar dio origen a todas las galaxias, las mismas que hasta hoy se siguen dsplazando por efecto de esa primigenia explosión.
Demasiado parecido a la Biblia...
A esta teoría, en sus principios, se opuso nada más y nada menos que el Prof. Albert Einstein. Y fíjense cuáles fueron los argumentos de él para oponerse. El decía que esa teoría era muy sospechosa y que el "no quería caer en manos de sacerdotes". ¿Porqué? Porque Einstein entendió que demostrar que el universo tuvo un principio, era acercarse demasiado a una teología.
Si hubo un inicio, entonces alguien tuvo que iniciarlo. Ya que hay leyes físicas de conservación de masa y energía que no "permiten" que algo de pronto aparezca así, espontaneamente y de la nada.
Previendo ésto, Einstein y todo un grupo de científicos con una orientación secular se negaron a aceptar esta teoría. Incluso el mismo Einstein inventó la hipótesis de "la constante cosmológica" para explicar el fenomeno descubierto por Hubble -que después consideró como uno de los mas grandes errores de su carrera profesional.
Pero la teoría del Big Bang (a propósito, el nombre Big Bang lo puso un científico que no apoyaba esta teoría, llamado Fred Hoyle. Este científico americano se burlaba de esta hipotesis y la bautizó "Big Bang" con un tono despectivo y burlón...) tenía que ser demostrada científicamente, no sólo por esa película hacia atrás, que podemos deducir, sino que se esperaba que esa explosión hubiera dejado como un "residuo" de su "onda expansiva", como cuando tiramos una piedrita en el agua... que teórica y matemáticamente, esas ondas se expanden ad eternum, nunca se acaban. Entonces, esta teoría prevía que debería existir un tipo de ondas llamadas Kelvin, en una frecuencia de más o menos 3,5 grados.
En 1964, dos investigadores que trabajaban para la compañía Bell Telephone de Estados Unidos, Wilson y Penzias, haciendo experimentos con antenas para las instalaciones telefónicas descubren esta radiación. Descubren la radiación de Kelvin 3,5... ¡Una radiación constante y permanente en todo el Universo! Si ustedes la quieren ver, si quieren percibir ese eco del Big Bang, lo pueden ver en sus Televisores. Cuando no sintonizan ningún canal, ese ruido y esa lluvia en la pantalla, es nada más y nada menos, queridos amigos, que el eco original del Big Bang. Años después, hace relativamente poco, el satélite "Kobe" también registra la misma onda expansiva universal. Otro dato que también tenía que ser confirmado era la cantidad de nitrógeno y helio existente en el Universo, y también coincidió con lo que se calculaba desde la teoría del Big Bang. La cuestión es que a partir de estas dos confirmaciones ya ningún científico serio se atrevió a cuestionar el Big Bang. La teoría fue absolutamente aceptada. Esto lo sabe todo el mundo...
El fin de la gran conspiración
Mi gran pregunta es si ustedes sabían que la teoría del Big Bang era toda una confirmación del Bereshit, y la rotunda negación de aquello que la ciencia estuvo sosteniendo durante siglos. ¿Eran Ustedes concientes que el Big Bang representaba la ratificación, por parte de la ciencia de que existió un principio, un Bereshit?
De qué recién en este siglo se afirma lo que la Torá ya había afirmado hace tanto tiempo...
El mundo no es eterno, el mundo tuvo un principio. La ciencia lo llama Big Bang, nosotros lo llamamos Bereshit...
De la misma manera, lo que la ciencia denomina "radiación Kelvin 3,5" nosotros lo llamamos el eco de la creación divina...
En las últimas décadas, varios científicos honestos de vanguardia, que no encuentran otra posible explicación de cómo de pronto surge algo de la nada y habiendo abandonado el modelo del universo estático, empiezan a hablar con un término que no tiene casi nada que ver con lo científico. Comienzan a mencionar el concepto"Creación".
Les voy a leer un pequeño párrafo de un libro que recomiendo mucho. Es del Prof. Natan Aviezer, de la Universidad de Bar Ilan. El libro se llama “Bereshit Bará” (En el principio creó...) El autor escribe acerca de las coincidencias entre el relato bíblico de la creación y la descripción científica de la Cosmogonía, (el nacimiento del Cosmos). Está en castellano. Ha sido traducido hace muy poco tiempo. Les voy a leer las citas que trae respecto a los científicos modernos que hablan de Creación. Aviezer dice así, citando a prestigiosos científicos: “La creación del universo ha llegado a ser un hecho científicamente aceptado. El desarrollo de la radioastronomía en los últimos años ha aumentado considerablemente nuestro conocimiento de partes distantes del universo. Como resultado el origen violento y espontáneo del universo ha sido aceptado en forma general. Parece ser acertado que hubo un tiempo definitivo de la creación” .
[Ver Bibliografía al final]. Quiero que entiendan, queridos amigos, qué significa la palabra Creación en el vocabulario de un científico. Es instructivo repasar algunas frases dichas por cosmólogos que son considerados líderes en su profesión. ¿Quién conoce alguno de ellos? Quizas el más famoso y popular de todos sea el inglés Stephen Hawking, que no es para nada un científico religioso. El escribió lo siguiente : “El actual punto de vista de la Creación ocurre fuera del campo de las leyes conocidas de la física”. Lo dice en el libro de Stephen Hawking, “The Large scale Structure of Space Time”, Cambridge, 1973. El Prof. Allan Guth, del Instituto Tecnológico de Massachussets, el Prof. Paul Steinhart, de la Universidad de Pennsilvania, escriben: “El momento de la creación sigue aún sin ser explicado”, en una publicación que edita la prestigiosa revista “Scientific American” en 1984 hablando de creación. Los títulos de dos recientes libros de Cosmología -no de Teología- son: “La creación” y “El momento de la creación”. Y finalmente, un reciente título publicado por las más prestigiosas revistas de investigación de física, lleva el siguiente título: “La creación del Universo a partir de la nada”. Todo esto nos hace replantearnos, yo creo que positivamente, cómo la ciencia o los científicos van descubriendo, en cierta forma, lo que la Torá afirmó hace mucho tiempo...
Carta de lector
En la revista Newseek apareció el año pasado una editorial acerca del Big Bang. Las últimas descripciones del Big Bang a partir de las nuevas fotografías de los más modernos satélites. En el otro número del NewsWeek, hay una carta de un lector. Resulta que en el artículo mencionado se habla de cómo la teoría del Big Bang explica o describe el surgimiento del mundo. Entonces un señor llamado Walter Edgard, de Louisiana escribe lo siguiente: "Estuve sorprendido de las fotografías que vi del periscopio Hubble. ( En ese artículo se mostraban fotografías impresionantes de las galaxias, y se deducia cómo habría sido su comienzo y evolución...) Pero cuando leí la declaración de que en un momento dado, según la teoría del Big Bang, las luces del universo se encendieron le dije instintivamente a mi esposa: suena como Génesis, cuando Dios dijo: “Que sea la luz” y surgió una explosión de luz. Entonces pregunto: ¿Están los astrónomos gastando millones de dólares por algún tipo de descubrimiento que ya conocemos desde hace tantos siglos atrás?” Esa es la interesante reflexión que hace este lector de la Newsweek.
Hace muy poco tiempo atrás, en 1988, la NewsWeek presenta otra editorial con un título muy provocativo "Science finds God" = “La ciencia descubre a Dios”. También en este artículo se afirma lo que recién acabamos de decir, que el Big Bang es en realidad una corroboración del Bereshit. Claro, insisto nuevamente en esa pregunta a la que no tengo respuesta. ¡Así no nos lo enseñan en la escuela! Al contrario, pareciera ser que al Big Bang se lo presenta en oposición a Bereshit, como la alternativa laica para explicar el surgimiento del mundo. ¡Cuando en realidad es exactamente al revés! El Big Bang es la primera (y por ahora mayor) confirmación científica de Bereshit.
Un científico moderno citado en este artículo dice: “Ha sido la ciencia, mi ciencia, la Cosmología, quien me ha acercado más a la conclusión de que el mundo es mucho más complicado que lo que la ciencia lo puede explicar. Es únicamente a través de lo Sobrenatural que puedo llegar a entender el misterio de la existencia”. Es como si algo sorprendente estuviera pasando entre aquellos dos contrincantes, viejos contrincantes -la ciencia y la religión- parece que están encontrando un camino en común. Uno está ayudando a descubrir al otro. Pero como dijimos, aquí esa información no nos llega...
En el artículo del Newsweek que les mencione se explica: "George Gamow, a partir del Big Bang, describió la teoría de que el universo comenzó a partir de una primera explosión, una creación o un surgimiento instantáneo... la teoría del Big Bang, abre las puertas para la idea de un Creador". Lejos, muy lejos de que el Big Bang sea una teoría de exclusión de Dios, es una teoría que confirma Bereshit.
Teología subjuntiva
Quisiera analizar ahora, no las similitudes, sino lo que aparentemente son las grandes diferencias entre el Big bang y el relato bíblico de la Creación: el primer tema es el tiempo "cuándo, cuánto hace que surgió/fue creado el Mundo"
Veamos si son insalvables las diferencias entre la Torá y la teoría del Big Bang.
La ciencia dice que el Big Bang ocurrió hace 15.000 millones de años. La Torá dice: 5760 años... Bueno, la diferencia no es tan pequeña como para atribuirla a un mero error de cálculo... Es decir, aquí tenemos una distancia abismal entre una y otra postura, un punto de desencuentro muy grande. Veamos si es posible encontrar una forma de consonacia entre ambos puntos...
Para ello quiero describir, compartir con ustedes, dos pensamientos que creo nos ayudarán a entender qué significa esto de los tiempos distintos. Antes quisera contarles lo que una investigadora americana, Nancy Murphy, propone para el estudio de las ciencias y de la Teología, genralmente excluída, en los niveles de educación media y académica: ella propone una Teología Subjuntiva. ¿Qué significa "La Teología Subjuntiva"? Una manera de plantear las verdades teológicas de manera teórica y confrontarlas de ese modo con el conocimiento científico moderno. Una presentación de la teología que no sea indicativa y mucho menos imperativa. Subjuntiva significa “si fuera qué... si hubiera existido, por ejemplo, una creación.”
Yo voy a hacer uso de la misma estrategia para explicarles a ustedes cómo puede funcionar esto de las diferencias de cálculo de edades entre el Big Bang y la Torá. Si por ejemplo "suponemos" la creación y partimos de que Dios acaba de crear hace un minuto al primer hombre. Y ahora tratamos de visualizar este escenario ¿Cómo imaginamos al primer hombre creado por Dios? ¿Lo creó como un bebé recién nacido o como un adulto? Ustedes, aunque sea intuitivamente ¿qué dirían? Seguramente pensaran que no lo creo como un bebe porque de esa manera no hubiera podido sobrevivir. El Midrash, es decir la parte no Halájica del Talmud afirma, que Dios creó al hombre ya desarrollado, con un cuerpo de unos 20 años. Ahora imaginemos que a través del túnel del tiempo viajamos hasta ese primer minuto de la creación del hombre. Estamos allí, frente a frente, con Adam, con el primer hombre de la creación. Y asumiendo lo que dice el Midrash, este hombre (¿sin ombligo?) tiene el cuerpo de un joven. Supongamos que somos científicos y nuestra misión desde el futuro es investigar la edad de este hombre. Llegamos un minuto después que fue creado. Ya no está Dios "explicitamente" presente. (¡Como ahora!). Ustedes como científicos ¿qué edad le atribuiríana este individuo? Creo que ninguno de nosotros se atrevería a pensar que este joven tiene sólo un día de vida, ya que como científicos tenemos que basarnos exclusivamente en los datos que tenemos frente a nosotros.
Entonces más o menos estimaremos que este hombre tiene... digamos entre 18 y 22 años. La pregunta es si estaremos equivocados al atribuírle al primer hombre esa edad. ¿Sí o no? En realidad "Sí y no". Desde el punto de vista científico NO estamos equivocados, porque el individuo en cuestión posee un cuerpo de 20 años. Pero desde el punto de vista de la realidad que asumimos, o sea nuestra Teología Subjuntiva estaremos muy equivocados, porque este hombre tiene un minuto de vida. Es decir que en general, si suponemos la creación, si partimos del supuesto de la creación, se presentan ante nosotros dos formas de medir el tiempo totalmente distintas, y en cierta forma las dos correctas. Tomando en cuenta las reglas de juego de la ciencia, no puedo esperar que los científicos digan otra cosa, porque lo que la ciencia no ve, no detecta y no mide (en este caso el fenómeno de la Creación) no puede considerar. La ciencia sólo puede trabajar con los elementos que tiene frente a sí, nada más. ¿De que podríamos culpar a un científico si nos dice que ese hombre, que Adam, tiene 20 años?
Pensemos ahora, por ejemplo, en la edad de una cadena montañosa. Imaginemos que Dios dijo: “Que sea la cadena montañosa”. Y en un minuto se crea la cadena montañosa. Un científico que se presente en ese momento nos va a decir: Bueno, esta cadena montañosa tiene, digamos, un millón de años. Ya que es el tiempo que le llevaría a los movimientos sismícos y geológicos hacer surgir una cadena de montañas.
Nuevamente, por un lado -internamente- tiene un millón de años, pero fue creada ayer. Alguien puede decir: la luz de esa estrella tardaría cinco millones de años en llegar a la tierra. Es verdad. Entonces ¿cuántos años tiene esa estrella? ¡Por lo menos cinco millones de años! Pero si suponemos que Dios la creó "ayer" con la luz ya sobre la tierra, estaríamos midiendo simplemente cuánto tiempo le hubiera llevado a la luz llegar si no hubiera sido creada así por Dios. Un último ejemplo. Si suponemos la creación, volvemos a los primeros días, cortamos un árbol y encontramos que tiene 50 anillos, como científicos vamos a afirmar que tiene 50 años, aunque en realidad puede ser que tenga un solo un día.
¿Quién da más?
En conclusión, la cuestión es si consideramos la creación o excluimos la creación. Si suponemos la creación, las edades casi "necesariamente" se van a medir de dos formas muy distintas.
Entonces, a mí como judío, no me preocupa que la ciencia afirme que el mundo tiene seis mil millones de años o más. En realidad para mí, los científicos estarían describiendo cuánto tiempo le hubiera llevado al mundo llegar a lo que fue si no hubiera sido creado por Dios. Nada más que eso.
Dios dijo: "Que sea la luz y fue la luz”. El Todopoderoso pudo haber creado todo el inmenso Universo que existe en un breve instante . Si la ciencia calcula que para que eso sucediera, para que surja este Universo "si no hubiera mediado la creación" habrían tenido que pasar quince mil millones de años, es un tema de la ciencia y es una conclusión correcta desde el punto de vista de la ciencia, dadas sus reglas del juego. Pero esa medición de tiempo científica es teológicamente irrelevante y no representa ninguna contradicción al relato bíblico de "la creacíon".
Relatividad
Para profundizar un poquito más, no mucho, porque no tengo los conocimientos para hacerlo, veamos lo que Einstein nos ha enseñado acerca del tema "tiempo". Creo que es una idea muy valiosa para entender el fenómeno Bereshit y los seis primeros días de la creación. Einstein descubrió lo que Newton no sabía. Newton afirmó que el tiempo en todos lados, en todas las circunstancias, transcurría de la misma manera. La gran y célebre teoría de la relatividad de Einstein define que el tiempo es relativo. No pasa de igual forma en todos lados. Les voy a dar un ejemplo muy famoso: el de dos gemelos que nacen juntos. Uno de los gemelos sale hacia el espacio en una cápsula a una velocidad que se aproxima a la de la luz y vuelve después de 90 años, tiempo-tierra. El gemelo que está acá ya lleva su bastón, y el que regresa está todavía con chupete y sus pañales. Esto es ciencia, no es ficción. (Nada más que es muy teórico hablar de alcanzar la velocidad de la luz...) Y en teoría es absolutamente cierto. Einstein nos asegura que el transcurso del tiempo depende del marco de referencia, el tiempo no pasa en todos lados de la misma forma. En ninguna estrella pasa el tiempo igual que en la otra estrella, porque el tiempo depende de dos variables. Una es la velocidad, como en el caso de los gemelos y la otra es la gravedad, o sea la masa (en realidad una está relacionada con la otra, pero eso es más complicado...). Estas son las dos variables que afectan el transcurrir del tiempo. Por lo tanto -dice Gerald Schroeder, un científico que escribió un libro fabuloso llamado “Génesis y el Big Bang”- : en esos seis días de la creación, ¿quién estableció el marco para la medición del tiempo? El hombre todavía no había sido creado. El marco de tiempo no tiene porque haber sido el humano, nuestro actual reloj.
El día lo fijamos en función del sol, y según la Torá el sol no fue creado hasta el cuarto día. Y sin embargo la Torá me habla del día Uno y del día Dos. Es posible entonces, que cuando la Torá habla de un día, se esté refiriendo a un día de acuerdo al " reloj del Todopoderoso" lo que no tiene que equivaler a una jornada de veinticuatro horas. Es más: al no haber sol, ese día tendría que haber sido "necesariamente" distinto a un día "normal".
En un marco de tiempo "divino" los acontecimientos pueden ocurrir a otra velocidad... Aunque resulte un poco vertiginoso, imaginense el surgimiento de una montaña, por la voluntad de Dios, en unos cuantos segundos.
Por supuesto que en nuestro reloj estarían transcurriendo millones de años "simultaneamente"... La relatividad del tiempo, la comprensión de que el tiempo puede transcurrir y/o ser medido de formas distintas, contribuye notablemente a nuestra comprensión del fenómeno Bereshit... nos ayuda a entender un poco más el hecho de que esta disparidad de edades no se excluyen...
Hay una canción en ladino que los judíos sefaradíes conocen bien, que se llama “A la una yo nací”. Y dice más o menos así: "A la una yo nací, a las dos me engrandecí, a las tres tomé amante (es decir, mujer, esposa), a las cuatro me casí (me casé...) Es una canción basada en un Midrash, que habla de Adam, el primer hombre. Según nuestro Midrash, en el mismo sexto día de la creación, el hombre fue creado en la primera hora, en la segunda hora creció, en la tercera hora el hombre tomó a su mujer, en la cuarta hora la desposó y en la quinta hora tuvo un hijo etc etc. Y hasta el mismo episodio de la fruta de árbol prohibido, todo ocurrió ese mismo sexto día. Estoy hablando de una fuente que tiene al menos 1800 de años de antigüedad. Un texto en el cual los Sabios mencionan un fenómeno sumamente parecido a de los "tiempos relativos" de Einstein y justamente durante uno de los seis días de la creación, algo que seguramente habrá sonado absolutamente escandaloso o fantasioso durante siglos. Y que hoy -gracias a la ciencia- podemos apreciar con otros ojos.
El tema bíblico
Para finalizar la pregunta del "Cómo". Primero, una aclaración importantísima. En verdad la Torá no es un libro de ciencia. ¿Por qué? Porque hubiera sido un tremendo desperdicio que Dios revelara algo que el hombre puede llegar a conocer por sus propios medios. A la verdad científica el hombre puede llegar por su propios medios, por su propio conocimiento. Lo verdadero y lo falso es demostrable. La Torá es un libro del bien y del mal, para lo cual el hombre es éticamente impotente, como ya lo ha demostrado la filosofía moderna. Al bien y al mal no se llega por consenso o por demostración. La Torá es un libro de ética. Una ley para la vida del pueblo judío. Por lo tanto, los comentaristas dicen que cuando en la Torá se nos relata la creación, no es para describirnos "cómo" fueron los mecanismos científicos o cosmológicos que Dios puso en marcha y ejecutó, porque eso es en cierta manera irrelevante para la existencia del hombre y es esencialmente tarea de la ciencia descubrirlo... ¿Cuál es entonces el principal mensaje del relato bíblico de la creación, se preguntan los comentaristas hebreos? Tomemos el primer versículo de la Torá: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". ¿Qué nos quiere enseñar este versículo? El mensaje principal no es: "En el principio", lo trascendente no es cuándo fue creado el Mundo. Ni tampoco es "Cómo", si a partir de algo preexistente o ex nihilo. Creo que lo trascendente tal como nos transmite el Midrash y lo registra el gran comentarista clásico Rashi, es que el mundo fue creado por Dios. El tema es "Quién lo creó". Y creo que esto sí es relevante: si somos seres creados por una inteligencia superior y con un destino, o si somos los bisnietos de los chimpancés, simples mutaciones genéticas con una gran dosis de suerte. Este es el gran mensaje. Yo podría irme esta noche a dormir sin ningún problema, sin saber exactamente si el mundo tiene 14.500 millones o 15.500 millones de años, pero no creo que podamos ir muy fácilmente a dormir si no tenemos resuelta la gran pregunta: si somos seres creados por Dios o si descendemos de los orangutanes. Es una gran diferencia ¿Verdad? No da lo mismo una respuesta que la otra. Hay una cuestión absolutamente existencial de por medio. Bueno, ese es el mensaje fundamental de la Torá.
Fisiología o embriología
Otro punto: Maimónides dice que nos sería imposible saber "cómo" Dios creó el mundo. Y que todo esfuerzo humano para llegar a conocer de forma definitiva el cómo de la Creación es estéril. Stephen Hawking tiene esas pretensiones. Llegar a saber exactamente todos los misterios de la Creación. En verdad él y otros científicos de esas escuelas neopositivistas -como dicen algunos filósofos- se refiere a Dios como a un hermano mayor, como alguien fácilmente aprehensible. Para nosotros, los judíos, se considera todo un antropomorfismo intelectual pensar que podemos acceder a la mente de Dios. Eso está más allá de nuestra limitadísima posibilidad humana. Maimónides estableció una teoría del conocimiento de Dios vía negativa. Saber lo que Dios no es, sin afirmar nada de Él, como cuando negamos la corporalidad de Dios, pero dejémoslo allí. Volviendo a lo nuestro, cuando Maimónides discutía con los sabios aristotélicos respecto a si el mundo era eterno o había sido creado, decía que tenemos un insuperable problema epistemológico: nuestro desconocimiento total de las condiciones iniciales de la creación.
Por ejemplo, en el segundo versículo de Bereshit dice VehaArets Haieta Tohu vaBohu, " Y la tierra era caos y desorden..." Porque aún no estaban establecidas las mínimas leyes físicas. Fíjense qué interesante. ¿Qué es lo primero que crea Dios? Coincidiendo con el Big Bang: La luz, que en hebreo se dice OR. Ustedes saben que luz y energía son lo mismo -radiación electromagnética- en diferentes variaciones. ¿Y qué es lo próximo que hace Dios luego de crear la luz? Distingue la luz de la oscuridad. ¿Qué gran cosa hizo el Todopoderoso al "separar" la luz de la oscuridad? Porque en verdad cuando no hay luz, automáticamente hay oscuridad...
Dios estableció justamente esa ley, que hoy nos parece automática. Según nuestros Sabios, antes de esta separación "Or vaJoshej Haiu Meshameshim beIrbubia" "la luz y la oscuridad eran simultaneas". Algo que hoy nos resulta imposible concebir... ya que nuestra mente se ha estructurado "definitivamente" de acuerdo a esta realidad.
Vale decir que hasta esa ley física primordial, cuya ausencia no podemos concebir, fue establecida según nuestra Torá en ese momento. Durante los primeros días, las leyes físicas que conocemos hoy no existían. Como ya lo explicamos, al parecer hasta el transcurrir del tiempo era totalmente distinto al nuestro. Y así fue hasta el Shabat. El Shabat establece el final de Maase Bereshit, del "fenómeno de la creación".
Dice Maimónides que querer entender cómo fue la creación es imposible. Y nos da un ejemplo: imaginemos un niño abandonado en una isla desierta. Que vive allí sin haber conocido a una mujer. Al cabo de unos años es rescatado y le preguntan ¿Cómo crees haber nacido? Y el dice: Bueno, yo creo que habré sido chiquitito, muy chiquito y habré ido creciendo lentamente. Si le dijeran a él que en verdad estuvo en un vientre, viviendo dentro de una panza humana, él se resistiría a creerlo. Diría que no es posible, porque dentro de un vientre no se puede comer ni beber, no se puede respirar... Y sin respirar y sin comer no se puede vivir. Él no podría aceptar -y mucho menos concebir por si mismo- la idea del embarazo. ¿Porqué? Porque desde la fisiología no se puede deducir la embriología. Son dos sistemas distintos, en gran medida "excluyentes". En la fisiología se respira de una forma y en la embriología de una forma distinta. Si no conociéramos la embriología, jamás la podríamos adivinar. Y si nos basaramos en nuestra conocida fisiología para hacerlo, nos equivocaríamos más todavía. Dice entonces Maimónides: “No conocemos la embriología del universo -aquello que aconteció en los seis primeros días- y jamás la podríamos deducir. Pues al querer hacerlo, sólo estaríamos proyectando los elementos que conocemos sobre un sistema que desconocemos.
Ahí tal vez tenemos el límite. Nuestro absoluto desconocimiento de las condiciones iniciales de la Creación, nuestra ignorancia definitiva dela gestación del Cosmos.
En conclusión, en este segundo aspecto no podemos discutir con lo que afirme el Big Bang respecto a cómo fue surgiendo el Universo. Primero porque la Torá no le dedica una descripción ya que no lo considera relevantede y segundo porque conocemos nuestra limitacíon cognitiva para acceder a la embriología del Universo y a sus condiciones iniciales.
Estas condiciones iniciales concluyen en Shabat.
Shabat Shalom!
Queridos amigos, me conformaría si ustedes salen hoy sabiendo que el Shabat no es un día de descanso. Es una de las confusiones más grandes que la gente tiene en su mente. Shabat no es el día de descanso. Dios no descansó, porque no necesita descansar. Shabat es el día en que Dios "Cesó de crear". Esa es justamente la traducción correcta de la palabra "Shabat": cesó, terminó, en este caso: dejó de crear. El Shabat establece el final de la embriología del universo. Con el Shabat llega el final de toda esa "evolución", dirigida por Dios, desde los orígenes de la vida hasta la creación del hombre. En Shabat comienza a regir nuestro reloj humano, el tiempo que conocemos ahora y las leyes físicas que hoy nos gobiernan. Ese es el sentido del Shabat como "Zejer leMaase Bereshit" "en homenaje al fenómeno de la Creación". Otros pueblos celebran la creación recordando el primer dia, el domingo, o el día en el cual fue creado el hombre, el viernes. Pero los judíos, para celebrar e indicar que la creación ha sido un fenómeno, un milagro único, lo hacemos a través del Shabat. El Shabat, cuando el Creador concluye su actividad gestadora, es lo que afirma que la creación fue algo "único" que no se va a repetir otra vez. Celebramos la creación el día que Dios cesó de crear y de esa forma estableció lo excluyente de este milagro y lo exclusivo de esos seis días divinos. Tres Midrashim, cosmologia y astrofisica Hace unos ocho siglos atras el gran sabio judeo-español, Maimonides, instruia a los lectores de su comentario a la Mishna1 acerca de las distintas posturas que se adoptaban en su epoca respecto al entendimiento de los Midrashim. El Midrash es la coleccion de los discursos y comentarios biblicos compuestos por los Sabios judios autores de la Mishna, (en hebreo Tanaim) que vivieron durante los 2 primeros siglos de la era comun. Los Midrashim son en apariencia muy sencillos, a veces parecen triviales o fantasticos. Maimonides, como experto conocedor de la mente brillante de los Sabios del Talmud, critico duramente a los literalistas, es decir a aquellos Maestros contemporaneos que entendian los Midrashim al pie de la letra: “fruto de su ignorancia…” sentencia alli Maimonides y asegura que “haciendo creer posible lo que es naturalmente imposible” estos interpretes, pretendiendo defender en nombre de la literalidad, la autoridad rabinica, no hacen otra cosa que “desacreditar al Midrash y a sus autores”. Lo mismo ocurre, continua Maimonides, con aquellos que entendiendo literalmente el Midrash subestiman la capacidad de sus autores.
El Midrash, nos enseña Maimonides, encierra un Sod o mensaje oculto2. Los Sabios del Talmud eran portadores de una compleja informacion legal y tambien de una profunda y avanzada tradicion metafisica que “codificaron” en las palabras del Midrash. Nadie nos garantiza que siempre descubriremos este Sod, pero debemos saber que alli esta.
Este mensaje oculto, a veces se mantuvo por siglos en forma de un inocente o enigmatico comentario.
Para comprender, apreciar la profundidad y decodificar los tres Midrashim que analizaremos en este articulo fue necesario que la ciencia avance en sus descubrimientos y en el enunciado de sus teorias.
• El primer Midrash
“AMAR RABBI IEHOSHUA BEN LEVI: KOL MAASE BERESHIT BEKOMATAN NIBRAU…” (Talmud Babli, Masejet Rosh haShana, 11a)
Dijo el Rabbi Iehoshua ben Levi: Todas las obras de la Creacion fueron creadas en su plenitud.
Nadie ignora que uno de los conflictos mas polemicos entre la ciencia moderna- en este caso la cosmologia- y las religiones biblicas es el calculo de la edad de la tierra.
¿5758 o 6.000.000.000 de años? Este conflicto parece irresoluble y seria imposible reducirlo a una equivocacion de calculo cientifico o pretender que se trata de un aceptable margen de error en Este u otro computo.
En los ultimos tiempos se han esgrimido numerosas respuestas, a veces acompanadas de sendas acusaciones o actitudes apologeticas, que no favorecen a satisfacer la sincera curiosidad de los hombres que buscan aproximarse a la verdad.
Por otro lado, mas alla de la polemica, se presentan hechos aparentemente irrefutables: La existencia de cadenas montanosas, rocas milenarias, y otros fenomenos geologicos y biologicos que demandan una evolucion muy pero muy lenta. Es mas, si por la noche observamos el cielo estrellado, la mayoria de las luces que vemos surgieron hace cientos de miles o millones de años. ¿Como podemos hablar entonces de 5758?
Nuestro Midrash provee la clave para una respuesta armoniosa a este conflicto.
Los Sabios del Midrash se preguntaron dos mil anos atras: ¿Como fue creado Adam, el primer hombre? ¿Como un adulto o como un bebe recien nacido? Nuestros Sabios afirman en Bereshit Rabba que Adam fue creado con un cuerpo de 20 años. En su plenitud fisica.
Ahora bien, imaginemos a un cientifico que llega a traves del tunel del tiempo hasta Adam en el mismo dia que Este fue creado. Si le pidieramos al hombre de ciencia que determine la edad de Adam, ¿que diria? Seguramente le atribuiria “entre 18 y 22 años”. Y no estaria equivocado. O quizas si! Pero solo en parte. Adam tiene un dia de edad, pero un cuerpo de 20 años. Fenomeno que solo se concibe si existe una Creacion y si comprendemos que todo fue creado con cierta edad, en las palabras de nuestro Midrash: “en su plenitud”.
Para los Sabios del Talmud la pregunta del huevo o la gallina esta resuelta! Si el mismo cientifico hubiera cortado el tronco de un arbol y contado sus cincuenta anillos le hubiera atribuido esa cantidad de anos. Si partimos de la premisa de la creacion, el calculo del cientifico solo estima cuanto tiempo le hubiera llevado al arbol llegar a cincuenta anillos “si no hubiera sido creado”. Del mismo modo, las estrellas fueron creadas por Dios con su luz ya sobre la tierra. Y las montanas y las rocas, ya desarrolladas.
Si concebimos que Dios creo Sus obras en su plenitud, como lo afirma nuestro Midrash, la diferencia entre una y otra edad es solo ilusoria.
• El segundo Midrash
“AMAR RABBI ABHU: HAKADOSH BARUJ HU HAIA BONE OLAMOT UMAJARIBAN…” (Bereshit Rabba)
Rabbi Abhu afirma que durante los primeros tres dias de la creacion, mientras no habia sido creado el sol, El Todopoderoso creaba mundos y los destruia.
¿A que se refiere este misterioso Midrash? ¿Que y como lo habran entendido durante dieciocho siglos?
Algunos puntos de las teorias cosmologicas solo se contradicen con el relato biblico cuando se deja de lado el protagonismo del Creador. Pero si partimos de una Creacion divina, de pronto muchos datos coinciden y la mayoria de los conflictos desaparecen.
De acuerdo a la astrofisica moderna a partir del nacimiento del universo solo se generaron dos elementos: hidrogeno y helio. Mas del 99% del universo actual esta formado por estas particulas, que son los elementos mas livianos. El Big Bang no genero nitrogeno, carbono ni oxigeno. Para que estos atomos, mas cercanos a lo organico, pudieran surgir, tuvieron que producirse fusiones que los formaron. Pero ¿como se produjeron estas fusiones, condicion sin-e-qua-non para el desarrollo de la vida? Las ultimas teorias astrofisicas afirman que estas particulas se pudieron formar solo de una manera: a partir de la explosion de las estrellas, fenomeno conocido por el nombre de supernova. Una vez que una estrella -como el sol- se consume, su masa se concentra sobre su propio nucleo y explota. A este fenomeno se lo denomina “supernova” . A partir de esta colosal explosion –que tambien se puede producir por una colision entre estrellas– se produce la fusion de los atomos vitales para la formacion de los planetas y la aparicion de la vida. iNo es por una inclinacion poetica que los cosmologos afirman que somos “polvo de estrellas”!. (Nos abstendremos, por el momento, de analizar la aparente “supercasualidad” que supone el hecho de que estos elementos se hayan concentrado unicamente en nuestro planeta, y que “casualmente” solo la tierra posea todo lo necesario para el desarrollo de la vida).
Rabbi Abhu parece afirmar algo similar a este proceso en su Midrash: El Todopoderoso construia mundos –estrellas– que luego destruia –explotaban–. Nada nos revela el Midrash acerca de los motivos de esta obra del Creador. La Tora, por su parte, afirma que Dios creo el mundo, pero nada se nos cuenta acerca de los procedimientos que el Eterno utilizo para la Creacion. ¿Es posible que el Todopoderoso haya gestado los principios de la vida por intermedio de procesos cosmologicos naturales y que recien hoy comprendemos acabadamente? Esta parece ser la postura de Rabbi Abhu. En su opinion, para crear los elementos vitales el Creador se valio de las supernovas. De la misma manera que cuando abrio el mar Rojo para que el pueblo judio escapara de Egipto, el Creador, segun lo describe la Tora, lo hizo a traves de fenomenos y procesos “naturales”: Dios hizo que soplara un viento de oriente y simultaneamente otro de occidente. La actuacion divina a traves de la creacion -Su propia obra- no minimiza el milagro. Para la mente judia nunca existio diferencia alguna entre la intervencion “milagrosa” de Dios y Su intervencion permanente en la “naturaleza”. Lo que caracteriza al milagro es “la ocasion” en la cual sucede y no su sobrenaturalidad.
Las palabras de Rabbi Abhu, que durante siglos permanecieron incomprensibles, a partir de la teoria del “polvo de estrellas” adquieren otra dimension.
• El tercer Midrash
“OR VAJOSHEJ MESHAMESHIM BEIRBUBIA, AD SHKEABA LAZE TEJUMO BAIOM VELAZE TEJUMO BALAILA” (Bereshit Rabba, citado por Rashi en Bereshit Alef, 4)
La luz y la oscuridad actuaban simultaneamente, hasta que el Todopoderoso establecio los limites de la luz en el dia y de la oscuridad en la noche.
La Tora refiere que al ser creado, el mundo se hallaba en un estado caotico. “Ve haAretz Haieta Tohu vaBohu” “Y la tierra (recien creada) se encontraba sin forma y sin orden”. Que significa exactamente este “caos”, no es muy facil de saber.
Pero aparentemente nuestro Midrash nos proporciona algun indicio.
El Universo, tal como lo conocemos hoy, se rige por ciertas leyes fisicas: el comportamieno de la materia, la gravedad, las leyes de la termodinamica etc.
Cuando el cientifico inicia la proyeccion inductiva en su busqueda hacia los posibles origenes del Universo se basa en esta clara premisa: las leyes fisicas que conocemos hoy son eternas e inherentes al Universo3.
No podriamos concebir, por ejemplo, que la luz y la oscuridad existan simultaneamente: la oscuridad es la consecuencia de la ausencia de luz. Es una “ley” fisica o un postulado logico tan obvio que nadie podria imaginar lo contrario. Nadie… Con la excepcion de este Midrash que afirma lo opuesto!
Para comprender mejor lo que dice el Midrash recurriremos una vez mas a Maimonides. En su famoso libro filosofico More Nebujim, Maimonides refutaba la teoria aristotelica de un Universo eterno y estatico, postura que, a proposito, recien hace pocos anos fue definitivamente rechazada por la comunidad cientifica (Einstein considero que el mayor error profesional de su carrera fue el no haber aceptado las evidencias de un universo en expansion). En su exposicion a favor de un mundo producido ex nihilo por un Creador Supremo, Maimonides afirma que probablemente parte de la dificultad para descubrir los principios del accionar creativo sea que “las condiciones iniciales” al momento de la Creacion hayan sido totalmente distintas y por lo tanto desconocidas para nosotros y contrarias a todo lo que hoy nos parece “natural”. Maimonides nos brinda un fantastico ejemplo: En la Guia de los Perplejos4 razona Maimonides: Si un nino fuera abandonado desde pequeno en una isla desierta, y hubiera crecido sin conocer otras personas ni animales y alguien despues de unos cuantos anos le preguntara ¿Como crees tu que naciste? ¿Podria concebir la posibilidad de un embarazo? De acuerdo a Maimonides, no. El joven afirmaria que es imposible vivir dentro de un vientre, sin aire, sin agua, sin alimentos… consideraria que esa teoria se opone a todas las leyes fisiologicas que el conoce.
En otras palabras, dice Maimonides, no seria posible deducir la embriologia a partir de nuestros conocimientos de fisiologia. Y si tratasemos de hacerlo, llegariamos a conclusiones absurdas. Las leyes que rigen uno y otro sistema son completamente distintas. De la misma forma, sentencia, el acto de la Creacion, de acuerdo al propio relato de la Tora, da cuenta de un estado inicial “caotico”, es decir, sin las leyes fisicas que conocemos hoy.5
La primer ley fisica que Dios establece en el mundo, se relaciona con el comportamiento de la luz, la energia. Los principios de la enigmatica fisica cuantica, diriamos hoy.
La Tora afirma que El Creador distinguio entre la luz y la oscuridad porque sostiene que hasta entonces incluso esta ley logica y esencial no habia sido estipulada. La materia fue creada en estado caotico, el orden y las leyes fisicas, fueron un segundo paso .
Este concepto es tan claro para los Sabios del Talmud que cuando hacen referencia a la posibilidad de que el Creador pudiera destruir su mundo dijeron “Haia majazir et haolam letohu vabohu”, es decir “Volveria al mundo a su caos inicial”, al desaparecer las leyes fisicas, el mundo se destruiria.
El Midrash que habla de la coexistencia de la luz y la oscuridad afirma que las leyes fisicas no son inherentes a la materia, sino un paso posterior. De acuerdo a Rabbi Shelomo ben MElej, Este fue tambien el proceso que el Creador establecio para la humanidad: primero fue creado el hombre, y hubo caos, y recien despues el Todopoderoso le concedio la Tora, Su ley.
Las conclusiones de este Midrash son de largo alcance: nuestro desconocimiento de las leyes fisicas “iniciales” no nos permite hacer todas las inferencias desde aqui hacia alla.
Ignoramos las condiciones iniciales de la Creacion. Aun desde el mas complejo observatorio, sera imposible deducir acabadamente la embriologia del cosmos…
La Torá comienza declarando que en el principio Hashem creó el cielo y la tierra de la nada. Sin embargo, el mundo era un vacio, sin forma ni orden. durante los primeros seis días D-s creó y ubicó cada cosa en el universo en su posición adecuada de funcionamiento. El orden de esta tarea divina fue el siguiente:Primer día: Creación de la luz y la oscuridadSegundo día: Arreglo del rakía (firmamento) pra separar las aguas del cielo y de la tierra.Tercer día: Acumulación de las aguas en un lugar, permitiendo que la tierra fuera visibleCuarto día: Creación y ubicación del sol y de la luna en el cieloQuinto día: Creación de la vida en elmar, y de las avesSexto día: Cración de los reptiles, demás animales y, finalmente el hombreEl Séptimo día de la creación, Hashem "descansó" y lo santificó como shabat.D-s decidió que no era bueno que el hombre estuviera solo. Trajo a todos los animales y aves ante Adam, y éste les dio nombre, pero no pudo encontrar compañera para é entre ellos. En consecuencia, Hashem sumió a Adam en un profundo sueño, sacó una de sus costillas y luego cerró la herida con carne. Dio forma, desarrolló y completó la costilla, haciendo con ella una mujer, a la cual llevó ante Adam. Luego ubicó a ambos en el Jardín del Eden, donde podrían comer de todo, excepto del fruto prohibido del árbol del conocimiento. Sin embargo, Javá se dejó influir por la astutua serpiente (najash), comió del fruto prohibido y le dio a probar a Adam. como resultado de esta transgresión recibieron el castigo divino: fueron obligados a abandonar el Gan Eden y comenzaron su vida humana, tal como la conocemos, experimentando las dificulatades del trabajo para su sustento y el sufrimiento de la parición. También la serpiente recibió su castigo y a a partir de entonces se arrastra sobre la tierra y come polvo.
Adam y Javá tuvieron dos hijos: Caín, que se convirtió en agricultor, y Hevel, que fue un pastor. Ambos llevaron ofrendas de su producción a Hashem. Hevel era sincero y llevaba lo mejor de su rebaño. Por otro lado, Cain no lo era y llevaba lo peor de su producción. Hashem aceptó la ofrenda de Hevel e hizo descender un fuego del cielo, que lo asó. pero no ocurrió lo mismo con la de Cain, quien se sintió avergonzado y se encolerizo. Mientras estaban en el campo, Caín mató a Hével.
Cuando Hashem le preguntó donde estaba su hermano, Cain respondió: "Soy acaso el gurdián de mi hermano?" D-s lo castigó, entonces, severamente, maldiciéndolo y forzándolo a deambular continuamente sobre la faz de la Tierra.
Adam y Javá tuvieron un tercer hijo, Shet, y otros más. Como cada generación se reproducía, a su vez, el número de seres humanos creció considerablemente.
Hubo diez generaciones desde ADam hasta Nóaj, incluyendo dos tzadikim: Janoj y Metushelaj. Sin embargo, la mayoría se inclinó hacia el mal y practicó la inmoralidad y la violencia. Hashem comenzó a reconsiderar Su acto de poblar el mundo con la raza humana. Noaj, empero, encontró gracia en Sus ojos.
Bereshit: la creación del mundo. Nuestros Sabios nos enseñan que se debe ser precavido al intentar explicar un tema tan profundo. Cualquier error de apreciación o una mala interpretación pueden ocasionar dudas que la fe llana y sencilla del corazón puro de cada Iehudi no hubiese imaginado. Debemos tener presente que el entendimiento humano es limitado, nunca podrá comprender cómo ocurrió la creación. Corresponde aplicar en este tema más que en cualquier otro, el concepto que el Talmud en Jaguigá 13 comenta: "no investigues los temas elevados, no averigües sobre temas ocultos". Si esto es así con respecto a la creación del universo, cuando analizamos la creación de la persona se multiplica la dificultad. "Y creó Di-s a la persona a Su imagen, con la imagen de Di-s lo creó" (Bereshit 1). ¿Acaso hay posibilidad de comprender este versículo? ¿Cuál es la similitud entre la persona y Di-s? Uno de los trece principios de la fe que enumera el Rambam es que: "el Creador, Alabado sea Su nombre, no es corpóreo y no posee forma alguna". ¿Acaso podemos analizar un tema tan delicado? Intentemos hacerlo concientes de nuestras limitaciones y basándonos en los conceptos de los grandes Sabios de Israel que nos aclaran el tema.
Todas las explicaciones al respecto parten de un denominador común: todo tipo de similitud que se intente encontrar estará relacionada con temas espirituales y no materiales, ya que -como explicamos- en el Creador no hay forma ni cuerpo. Por otra parte, en esa misma similitud a la que nos referiremos nunca se podrá igualar totalmente a la persona con Su Creador. El primer punto de comparación que encontramos es que el ser humano, a diferencia de las demás criaturas del universo posee la "Neshamá", el alma que Di-s le insufló y que es una propia parte del Creador. El Maharal de Praga lo explica claramente: "el sentido del versículo "Haremos un hombre a nuestra imagen y semejanza" (Bereshit 1) es que existe una chispa Divina en el ser humano y a eso se refiere la imagen Divina que distingue al hombre del resto de las criaturas". Más aún, no sólo que la persona posee esa chispa Divina, sino que ella representa lo principal de su vida. El cuerpo material no es sino la vestimenta del alma espiritual que lo iguala en cierta medida al Creador haciéndolo inmortal, ya que si bien existe un final para el cuerpo, el alma en cambio es eterna.
El segundo punto de comparación de la persona con el Creador está basado en que el ser humano posee un grado de inteligencia superior al del resto de las criaturas. Rashi comenta en Bereshit 1 sobre el término "y semejanza" que significa que la persona tiene la posibilidad de "pensar y deducir". El hombre puede no sólo comprender distintos temas, sino que también puede deducir un razonamiento de otro. Gracias a esa posibilidad, está en sus manos descubrir nuevos adelantos y perfeccionar el nivel de vida, algo que no existe en el mundo animal. Gracias a esa facultad, el hombre puede en cierta forma prever el futuro privándose de placeres que le acarrearán consecuencias negativas. En este punto se compara a Di-s, ya que a pesar de que la inteligencia humana es nula y absurda frente a la Divina, representa en la tierra el nivel de sabiduría más elevado que existe.
La base de nuestra fe es que Di-s creó el mundo. No fue una explosión cósmica o un accidente, sino que el extraordinario mundo que nuestros ojos ven fue el resultado de la orden y deseo de Di-s. Su orden creó "todo de la nada" y El es el que le otorga al mundo la fuerza para su mantenimiento. En este punto, es en donde encontramos otra "similitud" con el Creador: el poder de elección. ¿Qué sucede con el mundo animal? El comportamiento que rige sus actitudes no es posible de ser modificado: el león que atrapa a su presa en la selva o simplemente el toro que arranca la hierba del pasto para alimentarse, no tienen chance de variar su ritmo y forma de vida. En cambio, en el ser humano nunca se puede saber con exactitud cuál será su reacción. No existe nada en él que predetermine ciertamente cómo responderá en cada circunstancia de su vida. Podemos imaginarnos de acuerdo con su preparación previa cómo actuará, pero siempre estará en su mano la posibilidad de modificar lo previsto. Es el famoso "libre albedrío", que le permite utilizar la fuerza que Di-s le otorgó para cumplir con su palabra o -Di-s no lo permita- para rebelarse a Su Creador. De la misma forma que Hashem por su propia voluntad creó el universo, las actitudes de la persona dependen sólo de su propia elección. Nos encontramos con otra de las explicaciones de nuestros Sabios al término "a su imagen y semejanza".
Uno de los calificativos con el que mencionamos al Creador es el de "Melej", o sea: Rey del mundo. El Talmud en Berajot 40 determina que toda bendición que se recita en la que no se incluye el término "rey del mundo" no tiene valor. Simbolizamos de esta manera Su poder absoluto para gobernar y dirigir lo que sucede en toda Su creación. Encontramos en el ser humano una similitud al respecto. Luego que Adam y Java fueran creados, escucharon la orden de Di-s: "procread y multiplicaos, llenad la tierra y conquistadla, dominad sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y en toda bestia que se mueve sobre la tierra" (Bereshit 1). El Maharal de Praga explica que existe una señal inconfundible de este predominio del hombre sobre el resto de las criaturas: es el único que se encuentra erguido y camina sobre sus piernas, a diferencia del resto de las criaturas que lo hacen en cuatro patas, mostrando así la subordinación al ser humano. Es así que el hombre domina a lo animal, vegetal e inerte utilizándolo de acuerdo con sus necesidades. Es el único que adapta lo que se encuentra a su alrededor para su beneficio, a diferencia del animal que se adapta a sí mismo de acuerdo con su alrededor. El hombre -por otra parte- nunca permanece estático. Continuamente, tanto en lo material como en lo espiritual, la persona crea y renueva todo positiva o negativamente. ¿Acaso no es comparable -aunque sea en una ínfima parte- al Rey del mundo que "renueva con su bienestar cada día continuamente la Creación"? (Tefilá Shajrit).
Para completar este concepto de "imagen y semejanza" analicemos un punto más: cada ser humano es único en sí mismo. No existen dos personas iguales, no sólo física sino también ideológicamente. Cada uno posee su propia personalidad. Hashem podía crear la especie humana con varios "Adam"; sin embargo, prefirió hacerlo sólo con uno para enseñarnos esta base fundamental: cada persona es única en el mundo. "Todo el que mantiene un alma de Israel se le considera como si hubiese mantenido al mundo entero" (Sanhedrin 37). Nos encontramos frente a una nueva similitud con el Creador. Está escrito sobre él que "es Único y no hay único como su Unidad, es oculto e infinito en Su Unión" En el ser humano también existe una especie similar de unicidad como con el Creador.
A esta altura podríamos sentirnos orgullosos de igualarnos a Hashem. El Pirke Abot 3 comenta: "es querida la persona que fue creada a Su imagen; por un cariño especial se le hizo saber que fue creada a Su imagen". Pero atención, que ello implica una enorme responsabilidad, como bien menciona Rashi en esa sección: "es por eso que debe hacer la voluntad de Su creador". De manera tal, que todas las características que mencionamos anteriormente que el hombre dispone para poder elegir el bien, pensar, razonar y beneficiar al prójimo, se encuentran en su interior y es su obligación desarrollarlas en la práctica. "Sagrados serán, porque Yo Di-s soy Sagrado" (Vaikrá 19); una de las explicaciones de este versículo es que debemos igualarnos a Hashem en la máxima medida posible y a eso se refirió el versículo de Bereshit 1 "haremos un hombre a nuestra imagen y semejanza" (Seforno). Por supuesto que este concepto abarca no sólo un cumplimiento estricto de los preceptos "Ben Adam Lamakom" o sea entre la persona y el Todopoderoso, sino también aquellos que se conocen con el nombre de "Ben Adam Lajaberó", entre la persona y su compañero. Debemos copiar sus actitudes, como el Talmud menciona: así como El es piadoso, tú debes ser piadoso; así como El tiene misericordia, tú debes ser misericordioso; así como El otorga favores, tú debes hacer favores". Es la prueba verdadera de si se lleva a la práctica o no la similitud que existe entre el hombre y Hashem. "El favor de Di-s llena la tierra"(Tehilim 33) y quien se ocupe por desarrollar esa llama interna que posee, se igualará con Su Creador. Qué maravillosas son las palabras de nuestros Sabios que nos enseñan que el término "Adam" (persona) no sólo proviene de la raíz "Adamá" (tierra) de la que fue creado, sino también del término "Adamé Leelion" (me igualaré a Mi Creador).
Luego de todas estas reflexiones podemos afirmar: qué triste es observar a quien no utiliza todos esos instrumentos espirituales que posee y se deja doblegar por su instinto material. Si bien recibe la calificación y título de ser humano, sus actos en realidad no son muy distintos de los del resto de las criaturas de la tierra. Y lo que es más grave aún, el animal no tiene otra alternativa de comportamiento, mientras que la persona tiene la oportunidad de convertirse en "Adam". Quien -por ejemplo- cuando el apetito lo domina, no piensa si lo que ha de ingerir es un alimento que Di-s le permitió comer y se deja llevar sólo por su instinto del momento, ¿en qué se diferencia del animal? En el día más sagrado del año, el día de Kipur, finalizamos la Tefilá de Nehilá diciendo: "¡qué es lo que somos! ¡qué es nuestra vida!, todos los poderosos son como nada frente a Ti y los hombres de nombre como si no existieran... y la diferencia de la persona con el animal es nula porque todo es vano. Sólo que Tú diferenciaste al ser humano desde el principio y lo reconociste para que sirviera delante tuyo". La persona no es como el animal, posee el libre albedrío y el alma pura que es una propia parte de Di-s. En su interior tiene el raciocinio y entendimiento que le posibilitan dirigir su vida en el más elevado camino espiritual, que le permiten recibir el título de "la corona de la Creación". El profeta Irmeia 47 lo sintetiza: "Así dijo Di-s: "Que no se alabe el sabio con su sabiduría, que no se alabe el fuerte con su fortaleza ni el rico con su riqueza. Sólo en esto que se alabe quien desee enaltecerse: en pensar y reconocer que Yo soy Di-s que hace el favor, rectitud y justicia en la tierra, porque esto quiero dijo Di-s". Capacidad, poder, riqueza o cualquier otra cualidad similar están incluidas en el concepto de vanidad y no es digno que la persona se enorgullezca de ellas. Sólo quien trabaja sobre sí mismo para ser la imagen Divina que Di-s pensó al crear a Adam Harishon, será digno de ser alabado. Sólo quien cumple la orden de su mente y no el deseo de su cuerpo, sólo quien tiene presente a Su Creador en cada paso de su vida será merecedor de llevar el título de "Adam" con todo lo que ello implica. Tengamos el Zejut de que se cumpla en nosotros el versículo: "y creó Di-s a la persona a Su imagen y semejanza" (Bereshit 1). Amén.
Vamos a comenzar. Como dije, la Torá afirma que en el principio Dios creó los cielos y la tierra. No vamos a hablar desde la fe. En realidad, en el judaismo no existe el conocimiento "por la fe". Vamos a enfocar este tema de la forma más científica posible: con evidencias, datos, hipótesis.
En primer lugar, tenemos que ubicarnos en lo que fue la antigua concepción humana del Universo, del cosmos. La afirmación de la Torá, Bereshit, en el principio existió una creación divina, no fue nunca muy bien vista por la ciencia. De hecho fue rechazada por los científicos de la antigüedad.
Uno de los más grandes sabios que conoció la humanidad, cuyo pensamiento y ciencia rigieron el conocimiento científico del hombre durante siglos, fue Aristóteles. Y Aristóteles describió un Mundo estable, finito, y eterno. Porque él, como nosotros, salía afuera y miraba el cielo y las estrellas y veía que los astros se desplazaban en órbitas aburridas, mecánicas y matemáticamente previsibles. Entonces este Mundo, decía Aristóteles, siempre existió así como lo vemos ahora. No tuvo ningún "principio" y siempre seguirá siendo el mismo y por lo tanto "no hubo nadie que lo creara". Incluso desde el punto de vista filosófico el dios -con minúsculas- de Aristóteles era un dios privado de voluntad. Para Aristóteles el hecho de que existiera una creación reflejaría una modificación en Dios, y su dios era estable y por la misma proyección del universo, eterno, e inmutable. A Dios, según el pensamiento aristotélico, no se le podría ocurrir de pronto querer un universo. Por lo tanto, ya sea desde el punto de vista físico y astronómico, como desde lo filosófico, Aristóteles y toda la ciencia desde él hasta nuestros días, sostuvieron que "Bereshit" no existió. El mundo era eterno.
La Edad Media registra innumerables discusiones de sabios judíos frente a sabios aristotélicos. Los sabios aristotélicos demostraban “científicamente” que el mundo era eterno, y los sabios judíos, siempre a la defensiva, declaraban un tímido Bereshit, que entonces, era casi una proclamación de fe.
Quizás el paradigma de esta defensa lo representó el famoso Rabí Moshé Ben Maimón, que tanto hemos citado acá, a quien se le conoce como Rambam o Maimónides. Ese ilustre sabio, médico, filósofo y astrónomo, que tuvo el pueblo judío, es sin duda el modelo de inspiración de estas jornadas. El fue quien discutió con los sabios aristotélicos manteniendo que el mundo había tenido un principio. Y lo notable es que hasta bien entrado el siglo XX todavía la ciencia seguía afirmando que el mundo era finito y eterno, que no existió un "Bereshit".
El descubrimiento de Andrómeda
¿Cuándo es que se descubre que el mundo tuvo un principio, que hubo un Bereshit, que el mundo no era eterno? Hubo varios sabios y astrónomos, que con telescopios cada vez más potentes empezaron a ver diferentes puntos de nuestra galaxia. Desde Galileo y Copérnico. Y por supuesto a partir de nuestro siglo XX, comenzaron a observar otras galaxias y vieron que éstas no se desplazaban en órbitas, como hubiéramos esperado. Es decir, mientras que todos los astros y los cuerpos celestes de nuestra galaxia aparentemente sí se desplazaban de forma orbital, las galaxias no hacían lo mismo. Vesto Slipher fue el primero que lo percibió, pero el científico que lo pudo verificar fue Edwin Hubble. (Hoy tenemos grandes y poderosos telescopios en su nombre). Año 1925 más o menos, Hubble descubre una galaxia llamada Andrómeda. A través de una sofisticada medición de la luz denominada "efecto doppler", (es una forma de medir la luz que va llegando de las galaxias más lejanas) él calculó que esa galaxia se estaba "alejando" de un punto de referencia establecido, a una velocidad astronómica. E incluso descubre otra galaxia que está más lejos que Andrómeda, y que se aleja más rápido que Andrómeda, lo cual empieza a demostrar una imagen del universo hasta ahora desconocida. Si pasamos la película para atrás, lo podremos entender... La galaxia Andrómeda, a una velocidad 10 digamos, está en el punto A. La otra galaxia a una velocidad 12, está en un punto B, más alejado, o sea que cuanto más rápida es la velocidad de la galaxia, más alejada está. Por lo tanto si volvemos hacia atrás la película de todas las galaxias que se van alejando, llegaríamos a un punto en el cual todas las galaxias vuelven a un centro original, un punto. Y de aquí, un poco después, en el año 1946, el famoso científico George Gamow, elabora la teoría del Big Bang. Es decir, de que en realidad en un principio todo era una impresionantemente poderosa super-bola de fuego, decía Gamow, de energía, que al explotar dio origen a todas las galaxias, las mismas que hasta hoy se siguen dsplazando por efecto de esa primigenia explosión.
Demasiado parecido a la Biblia...
A esta teoría, en sus principios, se opuso nada más y nada menos que el Prof. Albert Einstein. Y fíjense cuáles fueron los argumentos de él para oponerse. El decía que esa teoría era muy sospechosa y que el "no quería caer en manos de sacerdotes". ¿Porqué? Porque Einstein entendió que demostrar que el universo tuvo un principio, era acercarse demasiado a una teología.
Si hubo un inicio, entonces alguien tuvo que iniciarlo. Ya que hay leyes físicas de conservación de masa y energía que no "permiten" que algo de pronto aparezca así, espontaneamente y de la nada.
Previendo ésto, Einstein y todo un grupo de científicos con una orientación secular se negaron a aceptar esta teoría. Incluso el mismo Einstein inventó la hipótesis de "la constante cosmológica" para explicar el fenomeno descubierto por Hubble -que después consideró como uno de los mas grandes errores de su carrera profesional.
Pero la teoría del Big Bang (a propósito, el nombre Big Bang lo puso un científico que no apoyaba esta teoría, llamado Fred Hoyle. Este científico americano se burlaba de esta hipotesis y la bautizó "Big Bang" con un tono despectivo y burlón...) tenía que ser demostrada científicamente, no sólo por esa película hacia atrás, que podemos deducir, sino que se esperaba que esa explosión hubiera dejado como un "residuo" de su "onda expansiva", como cuando tiramos una piedrita en el agua... que teórica y matemáticamente, esas ondas se expanden ad eternum, nunca se acaban. Entonces, esta teoría prevía que debería existir un tipo de ondas llamadas Kelvin, en una frecuencia de más o menos 3,5 grados.
En 1964, dos investigadores que trabajaban para la compañía Bell Telephone de Estados Unidos, Wilson y Penzias, haciendo experimentos con antenas para las instalaciones telefónicas descubren esta radiación. Descubren la radiación de Kelvin 3,5... ¡Una radiación constante y permanente en todo el Universo! Si ustedes la quieren ver, si quieren percibir ese eco del Big Bang, lo pueden ver en sus Televisores. Cuando no sintonizan ningún canal, ese ruido y esa lluvia en la pantalla, es nada más y nada menos, queridos amigos, que el eco original del Big Bang. Años después, hace relativamente poco, el satélite "Kobe" también registra la misma onda expansiva universal. Otro dato que también tenía que ser confirmado era la cantidad de nitrógeno y helio existente en el Universo, y también coincidió con lo que se calculaba desde la teoría del Big Bang. La cuestión es que a partir de estas dos confirmaciones ya ningún científico serio se atrevió a cuestionar el Big Bang. La teoría fue absolutamente aceptada. Esto lo sabe todo el mundo...
El fin de la gran conspiración
Mi gran pregunta es si ustedes sabían que la teoría del Big Bang era toda una confirmación del Bereshit, y la rotunda negación de aquello que la ciencia estuvo sosteniendo durante siglos. ¿Eran Ustedes concientes que el Big Bang representaba la ratificación, por parte de la ciencia de que existió un principio, un Bereshit?
De qué recién en este siglo se afirma lo que la Torá ya había afirmado hace tanto tiempo...
El mundo no es eterno, el mundo tuvo un principio. La ciencia lo llama Big Bang, nosotros lo llamamos Bereshit...
De la misma manera, lo que la ciencia denomina "radiación Kelvin 3,5" nosotros lo llamamos el eco de la creación divina...
En las últimas décadas, varios científicos honestos de vanguardia, que no encuentran otra posible explicación de cómo de pronto surge algo de la nada y habiendo abandonado el modelo del universo estático, empiezan a hablar con un término que no tiene casi nada que ver con lo científico. Comienzan a mencionar el concepto"Creación".
Les voy a leer un pequeño párrafo de un libro que recomiendo mucho. Es del Prof. Natan Aviezer, de la Universidad de Bar Ilan. El libro se llama “Bereshit Bará” (En el principio creó...) El autor escribe acerca de las coincidencias entre el relato bíblico de la creación y la descripción científica de la Cosmogonía, (el nacimiento del Cosmos). Está en castellano. Ha sido traducido hace muy poco tiempo. Les voy a leer las citas que trae respecto a los científicos modernos que hablan de Creación. Aviezer dice así, citando a prestigiosos científicos: “La creación del universo ha llegado a ser un hecho científicamente aceptado. El desarrollo de la radioastronomía en los últimos años ha aumentado considerablemente nuestro conocimiento de partes distantes del universo. Como resultado el origen violento y espontáneo del universo ha sido aceptado en forma general. Parece ser acertado que hubo un tiempo definitivo de la creación” .
[Ver Bibliografía al final]. Quiero que entiendan, queridos amigos, qué significa la palabra Creación en el vocabulario de un científico. Es instructivo repasar algunas frases dichas por cosmólogos que son considerados líderes en su profesión. ¿Quién conoce alguno de ellos? Quizas el más famoso y popular de todos sea el inglés Stephen Hawking, que no es para nada un científico religioso. El escribió lo siguiente : “El actual punto de vista de la Creación ocurre fuera del campo de las leyes conocidas de la física”. Lo dice en el libro de Stephen Hawking, “The Large scale Structure of Space Time”, Cambridge, 1973. El Prof. Allan Guth, del Instituto Tecnológico de Massachussets, el Prof. Paul Steinhart, de la Universidad de Pennsilvania, escriben: “El momento de la creación sigue aún sin ser explicado”, en una publicación que edita la prestigiosa revista “Scientific American” en 1984 hablando de creación. Los títulos de dos recientes libros de Cosmología -no de Teología- son: “La creación” y “El momento de la creación”. Y finalmente, un reciente título publicado por las más prestigiosas revistas de investigación de física, lleva el siguiente título: “La creación del Universo a partir de la nada”. Todo esto nos hace replantearnos, yo creo que positivamente, cómo la ciencia o los científicos van descubriendo, en cierta forma, lo que la Torá afirmó hace mucho tiempo...
Carta de lector
En la revista Newseek apareció el año pasado una editorial acerca del Big Bang. Las últimas descripciones del Big Bang a partir de las nuevas fotografías de los más modernos satélites. En el otro número del NewsWeek, hay una carta de un lector. Resulta que en el artículo mencionado se habla de cómo la teoría del Big Bang explica o describe el surgimiento del mundo. Entonces un señor llamado Walter Edgard, de Louisiana escribe lo siguiente: "Estuve sorprendido de las fotografías que vi del periscopio Hubble. ( En ese artículo se mostraban fotografías impresionantes de las galaxias, y se deducia cómo habría sido su comienzo y evolución...) Pero cuando leí la declaración de que en un momento dado, según la teoría del Big Bang, las luces del universo se encendieron le dije instintivamente a mi esposa: suena como Génesis, cuando Dios dijo: “Que sea la luz” y surgió una explosión de luz. Entonces pregunto: ¿Están los astrónomos gastando millones de dólares por algún tipo de descubrimiento que ya conocemos desde hace tantos siglos atrás?” Esa es la interesante reflexión que hace este lector de la Newsweek.
Hace muy poco tiempo atrás, en 1988, la NewsWeek presenta otra editorial con un título muy provocativo "Science finds God" = “La ciencia descubre a Dios”. También en este artículo se afirma lo que recién acabamos de decir, que el Big Bang es en realidad una corroboración del Bereshit. Claro, insisto nuevamente en esa pregunta a la que no tengo respuesta. ¡Así no nos lo enseñan en la escuela! Al contrario, pareciera ser que al Big Bang se lo presenta en oposición a Bereshit, como la alternativa laica para explicar el surgimiento del mundo. ¡Cuando en realidad es exactamente al revés! El Big Bang es la primera (y por ahora mayor) confirmación científica de Bereshit.
Un científico moderno citado en este artículo dice: “Ha sido la ciencia, mi ciencia, la Cosmología, quien me ha acercado más a la conclusión de que el mundo es mucho más complicado que lo que la ciencia lo puede explicar. Es únicamente a través de lo Sobrenatural que puedo llegar a entender el misterio de la existencia”. Es como si algo sorprendente estuviera pasando entre aquellos dos contrincantes, viejos contrincantes -la ciencia y la religión- parece que están encontrando un camino en común. Uno está ayudando a descubrir al otro. Pero como dijimos, aquí esa información no nos llega...
En el artículo del Newsweek que les mencione se explica: "George Gamow, a partir del Big Bang, describió la teoría de que el universo comenzó a partir de una primera explosión, una creación o un surgimiento instantáneo... la teoría del Big Bang, abre las puertas para la idea de un Creador". Lejos, muy lejos de que el Big Bang sea una teoría de exclusión de Dios, es una teoría que confirma Bereshit.
Teología subjuntiva
Quisiera analizar ahora, no las similitudes, sino lo que aparentemente son las grandes diferencias entre el Big bang y el relato bíblico de la Creación: el primer tema es el tiempo "cuándo, cuánto hace que surgió/fue creado el Mundo"
Veamos si son insalvables las diferencias entre la Torá y la teoría del Big Bang.
La ciencia dice que el Big Bang ocurrió hace 15.000 millones de años. La Torá dice: 5760 años... Bueno, la diferencia no es tan pequeña como para atribuirla a un mero error de cálculo... Es decir, aquí tenemos una distancia abismal entre una y otra postura, un punto de desencuentro muy grande. Veamos si es posible encontrar una forma de consonacia entre ambos puntos...
Para ello quiero describir, compartir con ustedes, dos pensamientos que creo nos ayudarán a entender qué significa esto de los tiempos distintos. Antes quisera contarles lo que una investigadora americana, Nancy Murphy, propone para el estudio de las ciencias y de la Teología, genralmente excluída, en los niveles de educación media y académica: ella propone una Teología Subjuntiva. ¿Qué significa "La Teología Subjuntiva"? Una manera de plantear las verdades teológicas de manera teórica y confrontarlas de ese modo con el conocimiento científico moderno. Una presentación de la teología que no sea indicativa y mucho menos imperativa. Subjuntiva significa “si fuera qué... si hubiera existido, por ejemplo, una creación.”
Yo voy a hacer uso de la misma estrategia para explicarles a ustedes cómo puede funcionar esto de las diferencias de cálculo de edades entre el Big Bang y la Torá. Si por ejemplo "suponemos" la creación y partimos de que Dios acaba de crear hace un minuto al primer hombre. Y ahora tratamos de visualizar este escenario ¿Cómo imaginamos al primer hombre creado por Dios? ¿Lo creó como un bebé recién nacido o como un adulto? Ustedes, aunque sea intuitivamente ¿qué dirían? Seguramente pensaran que no lo creo como un bebe porque de esa manera no hubiera podido sobrevivir. El Midrash, es decir la parte no Halájica del Talmud afirma, que Dios creó al hombre ya desarrollado, con un cuerpo de unos 20 años. Ahora imaginemos que a través del túnel del tiempo viajamos hasta ese primer minuto de la creación del hombre. Estamos allí, frente a frente, con Adam, con el primer hombre de la creación. Y asumiendo lo que dice el Midrash, este hombre (¿sin ombligo?) tiene el cuerpo de un joven. Supongamos que somos científicos y nuestra misión desde el futuro es investigar la edad de este hombre. Llegamos un minuto después que fue creado. Ya no está Dios "explicitamente" presente. (¡Como ahora!). Ustedes como científicos ¿qué edad le atribuiríana este individuo? Creo que ninguno de nosotros se atrevería a pensar que este joven tiene sólo un día de vida, ya que como científicos tenemos que basarnos exclusivamente en los datos que tenemos frente a nosotros.
Entonces más o menos estimaremos que este hombre tiene... digamos entre 18 y 22 años. La pregunta es si estaremos equivocados al atribuírle al primer hombre esa edad. ¿Sí o no? En realidad "Sí y no". Desde el punto de vista científico NO estamos equivocados, porque el individuo en cuestión posee un cuerpo de 20 años. Pero desde el punto de vista de la realidad que asumimos, o sea nuestra Teología Subjuntiva estaremos muy equivocados, porque este hombre tiene un minuto de vida. Es decir que en general, si suponemos la creación, si partimos del supuesto de la creación, se presentan ante nosotros dos formas de medir el tiempo totalmente distintas, y en cierta forma las dos correctas. Tomando en cuenta las reglas de juego de la ciencia, no puedo esperar que los científicos digan otra cosa, porque lo que la ciencia no ve, no detecta y no mide (en este caso el fenómeno de la Creación) no puede considerar. La ciencia sólo puede trabajar con los elementos que tiene frente a sí, nada más. ¿De que podríamos culpar a un científico si nos dice que ese hombre, que Adam, tiene 20 años?
Pensemos ahora, por ejemplo, en la edad de una cadena montañosa. Imaginemos que Dios dijo: “Que sea la cadena montañosa”. Y en un minuto se crea la cadena montañosa. Un científico que se presente en ese momento nos va a decir: Bueno, esta cadena montañosa tiene, digamos, un millón de años. Ya que es el tiempo que le llevaría a los movimientos sismícos y geológicos hacer surgir una cadena de montañas.
Nuevamente, por un lado -internamente- tiene un millón de años, pero fue creada ayer. Alguien puede decir: la luz de esa estrella tardaría cinco millones de años en llegar a la tierra. Es verdad. Entonces ¿cuántos años tiene esa estrella? ¡Por lo menos cinco millones de años! Pero si suponemos que Dios la creó "ayer" con la luz ya sobre la tierra, estaríamos midiendo simplemente cuánto tiempo le hubiera llevado a la luz llegar si no hubiera sido creada así por Dios. Un último ejemplo. Si suponemos la creación, volvemos a los primeros días, cortamos un árbol y encontramos que tiene 50 anillos, como científicos vamos a afirmar que tiene 50 años, aunque en realidad puede ser que tenga un solo un día.
¿Quién da más?
En conclusión, la cuestión es si consideramos la creación o excluimos la creación. Si suponemos la creación, las edades casi "necesariamente" se van a medir de dos formas muy distintas.
Entonces, a mí como judío, no me preocupa que la ciencia afirme que el mundo tiene seis mil millones de años o más. En realidad para mí, los científicos estarían describiendo cuánto tiempo le hubiera llevado al mundo llegar a lo que fue si no hubiera sido creado por Dios. Nada más que eso.
Dios dijo: "Que sea la luz y fue la luz”. El Todopoderoso pudo haber creado todo el inmenso Universo que existe en un breve instante . Si la ciencia calcula que para que eso sucediera, para que surja este Universo "si no hubiera mediado la creación" habrían tenido que pasar quince mil millones de años, es un tema de la ciencia y es una conclusión correcta desde el punto de vista de la ciencia, dadas sus reglas del juego. Pero esa medición de tiempo científica es teológicamente irrelevante y no representa ninguna contradicción al relato bíblico de "la creacíon".
Relatividad
Para profundizar un poquito más, no mucho, porque no tengo los conocimientos para hacerlo, veamos lo que Einstein nos ha enseñado acerca del tema "tiempo". Creo que es una idea muy valiosa para entender el fenómeno Bereshit y los seis primeros días de la creación. Einstein descubrió lo que Newton no sabía. Newton afirmó que el tiempo en todos lados, en todas las circunstancias, transcurría de la misma manera. La gran y célebre teoría de la relatividad de Einstein define que el tiempo es relativo. No pasa de igual forma en todos lados. Les voy a dar un ejemplo muy famoso: el de dos gemelos que nacen juntos. Uno de los gemelos sale hacia el espacio en una cápsula a una velocidad que se aproxima a la de la luz y vuelve después de 90 años, tiempo-tierra. El gemelo que está acá ya lleva su bastón, y el que regresa está todavía con chupete y sus pañales. Esto es ciencia, no es ficción. (Nada más que es muy teórico hablar de alcanzar la velocidad de la luz...) Y en teoría es absolutamente cierto. Einstein nos asegura que el transcurso del tiempo depende del marco de referencia, el tiempo no pasa en todos lados de la misma forma. En ninguna estrella pasa el tiempo igual que en la otra estrella, porque el tiempo depende de dos variables. Una es la velocidad, como en el caso de los gemelos y la otra es la gravedad, o sea la masa (en realidad una está relacionada con la otra, pero eso es más complicado...). Estas son las dos variables que afectan el transcurrir del tiempo. Por lo tanto -dice Gerald Schroeder, un científico que escribió un libro fabuloso llamado “Génesis y el Big Bang”- : en esos seis días de la creación, ¿quién estableció el marco para la medición del tiempo? El hombre todavía no había sido creado. El marco de tiempo no tiene porque haber sido el humano, nuestro actual reloj.
El día lo fijamos en función del sol, y según la Torá el sol no fue creado hasta el cuarto día. Y sin embargo la Torá me habla del día Uno y del día Dos. Es posible entonces, que cuando la Torá habla de un día, se esté refiriendo a un día de acuerdo al " reloj del Todopoderoso" lo que no tiene que equivaler a una jornada de veinticuatro horas. Es más: al no haber sol, ese día tendría que haber sido "necesariamente" distinto a un día "normal".
En un marco de tiempo "divino" los acontecimientos pueden ocurrir a otra velocidad... Aunque resulte un poco vertiginoso, imaginense el surgimiento de una montaña, por la voluntad de Dios, en unos cuantos segundos.
Por supuesto que en nuestro reloj estarían transcurriendo millones de años "simultaneamente"... La relatividad del tiempo, la comprensión de que el tiempo puede transcurrir y/o ser medido de formas distintas, contribuye notablemente a nuestra comprensión del fenómeno Bereshit... nos ayuda a entender un poco más el hecho de que esta disparidad de edades no se excluyen...
Hay una canción en ladino que los judíos sefaradíes conocen bien, que se llama “A la una yo nací”. Y dice más o menos así: "A la una yo nací, a las dos me engrandecí, a las tres tomé amante (es decir, mujer, esposa), a las cuatro me casí (me casé...) Es una canción basada en un Midrash, que habla de Adam, el primer hombre. Según nuestro Midrash, en el mismo sexto día de la creación, el hombre fue creado en la primera hora, en la segunda hora creció, en la tercera hora el hombre tomó a su mujer, en la cuarta hora la desposó y en la quinta hora tuvo un hijo etc etc. Y hasta el mismo episodio de la fruta de árbol prohibido, todo ocurrió ese mismo sexto día. Estoy hablando de una fuente que tiene al menos 1800 de años de antigüedad. Un texto en el cual los Sabios mencionan un fenómeno sumamente parecido a de los "tiempos relativos" de Einstein y justamente durante uno de los seis días de la creación, algo que seguramente habrá sonado absolutamente escandaloso o fantasioso durante siglos. Y que hoy -gracias a la ciencia- podemos apreciar con otros ojos.
El tema bíblico
Para finalizar la pregunta del "Cómo". Primero, una aclaración importantísima. En verdad la Torá no es un libro de ciencia. ¿Por qué? Porque hubiera sido un tremendo desperdicio que Dios revelara algo que el hombre puede llegar a conocer por sus propios medios. A la verdad científica el hombre puede llegar por su propios medios, por su propio conocimiento. Lo verdadero y lo falso es demostrable. La Torá es un libro del bien y del mal, para lo cual el hombre es éticamente impotente, como ya lo ha demostrado la filosofía moderna. Al bien y al mal no se llega por consenso o por demostración. La Torá es un libro de ética. Una ley para la vida del pueblo judío. Por lo tanto, los comentaristas dicen que cuando en la Torá se nos relata la creación, no es para describirnos "cómo" fueron los mecanismos científicos o cosmológicos que Dios puso en marcha y ejecutó, porque eso es en cierta manera irrelevante para la existencia del hombre y es esencialmente tarea de la ciencia descubrirlo... ¿Cuál es entonces el principal mensaje del relato bíblico de la creación, se preguntan los comentaristas hebreos? Tomemos el primer versículo de la Torá: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". ¿Qué nos quiere enseñar este versículo? El mensaje principal no es: "En el principio", lo trascendente no es cuándo fue creado el Mundo. Ni tampoco es "Cómo", si a partir de algo preexistente o ex nihilo. Creo que lo trascendente tal como nos transmite el Midrash y lo registra el gran comentarista clásico Rashi, es que el mundo fue creado por Dios. El tema es "Quién lo creó". Y creo que esto sí es relevante: si somos seres creados por una inteligencia superior y con un destino, o si somos los bisnietos de los chimpancés, simples mutaciones genéticas con una gran dosis de suerte. Este es el gran mensaje. Yo podría irme esta noche a dormir sin ningún problema, sin saber exactamente si el mundo tiene 14.500 millones o 15.500 millones de años, pero no creo que podamos ir muy fácilmente a dormir si no tenemos resuelta la gran pregunta: si somos seres creados por Dios o si descendemos de los orangutanes. Es una gran diferencia ¿Verdad? No da lo mismo una respuesta que la otra. Hay una cuestión absolutamente existencial de por medio. Bueno, ese es el mensaje fundamental de la Torá.
Fisiología o embriología
Otro punto: Maimónides dice que nos sería imposible saber "cómo" Dios creó el mundo. Y que todo esfuerzo humano para llegar a conocer de forma definitiva el cómo de la Creación es estéril. Stephen Hawking tiene esas pretensiones. Llegar a saber exactamente todos los misterios de la Creación. En verdad él y otros científicos de esas escuelas neopositivistas -como dicen algunos filósofos- se refiere a Dios como a un hermano mayor, como alguien fácilmente aprehensible. Para nosotros, los judíos, se considera todo un antropomorfismo intelectual pensar que podemos acceder a la mente de Dios. Eso está más allá de nuestra limitadísima posibilidad humana. Maimónides estableció una teoría del conocimiento de Dios vía negativa. Saber lo que Dios no es, sin afirmar nada de Él, como cuando negamos la corporalidad de Dios, pero dejémoslo allí. Volviendo a lo nuestro, cuando Maimónides discutía con los sabios aristotélicos respecto a si el mundo era eterno o había sido creado, decía que tenemos un insuperable problema epistemológico: nuestro desconocimiento total de las condiciones iniciales de la creación.
Por ejemplo, en el segundo versículo de Bereshit dice VehaArets Haieta Tohu vaBohu, " Y la tierra era caos y desorden..." Porque aún no estaban establecidas las mínimas leyes físicas. Fíjense qué interesante. ¿Qué es lo primero que crea Dios? Coincidiendo con el Big Bang: La luz, que en hebreo se dice OR. Ustedes saben que luz y energía son lo mismo -radiación electromagnética- en diferentes variaciones. ¿Y qué es lo próximo que hace Dios luego de crear la luz? Distingue la luz de la oscuridad. ¿Qué gran cosa hizo el Todopoderoso al "separar" la luz de la oscuridad? Porque en verdad cuando no hay luz, automáticamente hay oscuridad...
Dios estableció justamente esa ley, que hoy nos parece automática. Según nuestros Sabios, antes de esta separación "Or vaJoshej Haiu Meshameshim beIrbubia" "la luz y la oscuridad eran simultaneas". Algo que hoy nos resulta imposible concebir... ya que nuestra mente se ha estructurado "definitivamente" de acuerdo a esta realidad.
Vale decir que hasta esa ley física primordial, cuya ausencia no podemos concebir, fue establecida según nuestra Torá en ese momento. Durante los primeros días, las leyes físicas que conocemos hoy no existían. Como ya lo explicamos, al parecer hasta el transcurrir del tiempo era totalmente distinto al nuestro. Y así fue hasta el Shabat. El Shabat establece el final de Maase Bereshit, del "fenómeno de la creación".
Dice Maimónides que querer entender cómo fue la creación es imposible. Y nos da un ejemplo: imaginemos un niño abandonado en una isla desierta. Que vive allí sin haber conocido a una mujer. Al cabo de unos años es rescatado y le preguntan ¿Cómo crees haber nacido? Y el dice: Bueno, yo creo que habré sido chiquitito, muy chiquito y habré ido creciendo lentamente. Si le dijeran a él que en verdad estuvo en un vientre, viviendo dentro de una panza humana, él se resistiría a creerlo. Diría que no es posible, porque dentro de un vientre no se puede comer ni beber, no se puede respirar... Y sin respirar y sin comer no se puede vivir. Él no podría aceptar -y mucho menos concebir por si mismo- la idea del embarazo. ¿Porqué? Porque desde la fisiología no se puede deducir la embriología. Son dos sistemas distintos, en gran medida "excluyentes". En la fisiología se respira de una forma y en la embriología de una forma distinta. Si no conociéramos la embriología, jamás la podríamos adivinar. Y si nos basaramos en nuestra conocida fisiología para hacerlo, nos equivocaríamos más todavía. Dice entonces Maimónides: “No conocemos la embriología del universo -aquello que aconteció en los seis primeros días- y jamás la podríamos deducir. Pues al querer hacerlo, sólo estaríamos proyectando los elementos que conocemos sobre un sistema que desconocemos.
Ahí tal vez tenemos el límite. Nuestro absoluto desconocimiento de las condiciones iniciales de la Creación, nuestra ignorancia definitiva dela gestación del Cosmos.
En conclusión, en este segundo aspecto no podemos discutir con lo que afirme el Big Bang respecto a cómo fue surgiendo el Universo. Primero porque la Torá no le dedica una descripción ya que no lo considera relevantede y segundo porque conocemos nuestra limitacíon cognitiva para acceder a la embriología del Universo y a sus condiciones iniciales.
Estas condiciones iniciales concluyen en Shabat.
Shabat Shalom!
Queridos amigos, me conformaría si ustedes salen hoy sabiendo que el Shabat no es un día de descanso. Es una de las confusiones más grandes que la gente tiene en su mente. Shabat no es el día de descanso. Dios no descansó, porque no necesita descansar. Shabat es el día en que Dios "Cesó de crear". Esa es justamente la traducción correcta de la palabra "Shabat": cesó, terminó, en este caso: dejó de crear. El Shabat establece el final de la embriología del universo. Con el Shabat llega el final de toda esa "evolución", dirigida por Dios, desde los orígenes de la vida hasta la creación del hombre. En Shabat comienza a regir nuestro reloj humano, el tiempo que conocemos ahora y las leyes físicas que hoy nos gobiernan. Ese es el sentido del Shabat como "Zejer leMaase Bereshit" "en homenaje al fenómeno de la Creación". Otros pueblos celebran la creación recordando el primer dia, el domingo, o el día en el cual fue creado el hombre, el viernes. Pero los judíos, para celebrar e indicar que la creación ha sido un fenómeno, un milagro único, lo hacemos a través del Shabat. El Shabat, cuando el Creador concluye su actividad gestadora, es lo que afirma que la creación fue algo "único" que no se va a repetir otra vez. Celebramos la creación el día que Dios cesó de crear y de esa forma estableció lo excluyente de este milagro y lo exclusivo de esos seis días divinos. Tres Midrashim, cosmologia y astrofisica Hace unos ocho siglos atras el gran sabio judeo-español, Maimonides, instruia a los lectores de su comentario a la Mishna1 acerca de las distintas posturas que se adoptaban en su epoca respecto al entendimiento de los Midrashim. El Midrash es la coleccion de los discursos y comentarios biblicos compuestos por los Sabios judios autores de la Mishna, (en hebreo Tanaim) que vivieron durante los 2 primeros siglos de la era comun. Los Midrashim son en apariencia muy sencillos, a veces parecen triviales o fantasticos. Maimonides, como experto conocedor de la mente brillante de los Sabios del Talmud, critico duramente a los literalistas, es decir a aquellos Maestros contemporaneos que entendian los Midrashim al pie de la letra: “fruto de su ignorancia…” sentencia alli Maimonides y asegura que “haciendo creer posible lo que es naturalmente imposible” estos interpretes, pretendiendo defender en nombre de la literalidad, la autoridad rabinica, no hacen otra cosa que “desacreditar al Midrash y a sus autores”. Lo mismo ocurre, continua Maimonides, con aquellos que entendiendo literalmente el Midrash subestiman la capacidad de sus autores.
El Midrash, nos enseña Maimonides, encierra un Sod o mensaje oculto2. Los Sabios del Talmud eran portadores de una compleja informacion legal y tambien de una profunda y avanzada tradicion metafisica que “codificaron” en las palabras del Midrash. Nadie nos garantiza que siempre descubriremos este Sod, pero debemos saber que alli esta.
Este mensaje oculto, a veces se mantuvo por siglos en forma de un inocente o enigmatico comentario.
Para comprender, apreciar la profundidad y decodificar los tres Midrashim que analizaremos en este articulo fue necesario que la ciencia avance en sus descubrimientos y en el enunciado de sus teorias.
• El primer Midrash
“AMAR RABBI IEHOSHUA BEN LEVI: KOL MAASE BERESHIT BEKOMATAN NIBRAU…” (Talmud Babli, Masejet Rosh haShana, 11a)
Dijo el Rabbi Iehoshua ben Levi: Todas las obras de la Creacion fueron creadas en su plenitud.
Nadie ignora que uno de los conflictos mas polemicos entre la ciencia moderna- en este caso la cosmologia- y las religiones biblicas es el calculo de la edad de la tierra.
¿5758 o 6.000.000.000 de años? Este conflicto parece irresoluble y seria imposible reducirlo a una equivocacion de calculo cientifico o pretender que se trata de un aceptable margen de error en Este u otro computo.
En los ultimos tiempos se han esgrimido numerosas respuestas, a veces acompanadas de sendas acusaciones o actitudes apologeticas, que no favorecen a satisfacer la sincera curiosidad de los hombres que buscan aproximarse a la verdad.
Por otro lado, mas alla de la polemica, se presentan hechos aparentemente irrefutables: La existencia de cadenas montanosas, rocas milenarias, y otros fenomenos geologicos y biologicos que demandan una evolucion muy pero muy lenta. Es mas, si por la noche observamos el cielo estrellado, la mayoria de las luces que vemos surgieron hace cientos de miles o millones de años. ¿Como podemos hablar entonces de 5758?
Nuestro Midrash provee la clave para una respuesta armoniosa a este conflicto.
Los Sabios del Midrash se preguntaron dos mil anos atras: ¿Como fue creado Adam, el primer hombre? ¿Como un adulto o como un bebe recien nacido? Nuestros Sabios afirman en Bereshit Rabba que Adam fue creado con un cuerpo de 20 años. En su plenitud fisica.
Ahora bien, imaginemos a un cientifico que llega a traves del tunel del tiempo hasta Adam en el mismo dia que Este fue creado. Si le pidieramos al hombre de ciencia que determine la edad de Adam, ¿que diria? Seguramente le atribuiria “entre 18 y 22 años”. Y no estaria equivocado. O quizas si! Pero solo en parte. Adam tiene un dia de edad, pero un cuerpo de 20 años. Fenomeno que solo se concibe si existe una Creacion y si comprendemos que todo fue creado con cierta edad, en las palabras de nuestro Midrash: “en su plenitud”.
Para los Sabios del Talmud la pregunta del huevo o la gallina esta resuelta! Si el mismo cientifico hubiera cortado el tronco de un arbol y contado sus cincuenta anillos le hubiera atribuido esa cantidad de anos. Si partimos de la premisa de la creacion, el calculo del cientifico solo estima cuanto tiempo le hubiera llevado al arbol llegar a cincuenta anillos “si no hubiera sido creado”. Del mismo modo, las estrellas fueron creadas por Dios con su luz ya sobre la tierra. Y las montanas y las rocas, ya desarrolladas.
Si concebimos que Dios creo Sus obras en su plenitud, como lo afirma nuestro Midrash, la diferencia entre una y otra edad es solo ilusoria.
• El segundo Midrash
“AMAR RABBI ABHU: HAKADOSH BARUJ HU HAIA BONE OLAMOT UMAJARIBAN…” (Bereshit Rabba)
Rabbi Abhu afirma que durante los primeros tres dias de la creacion, mientras no habia sido creado el sol, El Todopoderoso creaba mundos y los destruia.
¿A que se refiere este misterioso Midrash? ¿Que y como lo habran entendido durante dieciocho siglos?
Algunos puntos de las teorias cosmologicas solo se contradicen con el relato biblico cuando se deja de lado el protagonismo del Creador. Pero si partimos de una Creacion divina, de pronto muchos datos coinciden y la mayoria de los conflictos desaparecen.
De acuerdo a la astrofisica moderna a partir del nacimiento del universo solo se generaron dos elementos: hidrogeno y helio. Mas del 99% del universo actual esta formado por estas particulas, que son los elementos mas livianos. El Big Bang no genero nitrogeno, carbono ni oxigeno. Para que estos atomos, mas cercanos a lo organico, pudieran surgir, tuvieron que producirse fusiones que los formaron. Pero ¿como se produjeron estas fusiones, condicion sin-e-qua-non para el desarrollo de la vida? Las ultimas teorias astrofisicas afirman que estas particulas se pudieron formar solo de una manera: a partir de la explosion de las estrellas, fenomeno conocido por el nombre de supernova. Una vez que una estrella -como el sol- se consume, su masa se concentra sobre su propio nucleo y explota. A este fenomeno se lo denomina “supernova” . A partir de esta colosal explosion –que tambien se puede producir por una colision entre estrellas– se produce la fusion de los atomos vitales para la formacion de los planetas y la aparicion de la vida. iNo es por una inclinacion poetica que los cosmologos afirman que somos “polvo de estrellas”!. (Nos abstendremos, por el momento, de analizar la aparente “supercasualidad” que supone el hecho de que estos elementos se hayan concentrado unicamente en nuestro planeta, y que “casualmente” solo la tierra posea todo lo necesario para el desarrollo de la vida).
Rabbi Abhu parece afirmar algo similar a este proceso en su Midrash: El Todopoderoso construia mundos –estrellas– que luego destruia –explotaban–. Nada nos revela el Midrash acerca de los motivos de esta obra del Creador. La Tora, por su parte, afirma que Dios creo el mundo, pero nada se nos cuenta acerca de los procedimientos que el Eterno utilizo para la Creacion. ¿Es posible que el Todopoderoso haya gestado los principios de la vida por intermedio de procesos cosmologicos naturales y que recien hoy comprendemos acabadamente? Esta parece ser la postura de Rabbi Abhu. En su opinion, para crear los elementos vitales el Creador se valio de las supernovas. De la misma manera que cuando abrio el mar Rojo para que el pueblo judio escapara de Egipto, el Creador, segun lo describe la Tora, lo hizo a traves de fenomenos y procesos “naturales”: Dios hizo que soplara un viento de oriente y simultaneamente otro de occidente. La actuacion divina a traves de la creacion -Su propia obra- no minimiza el milagro. Para la mente judia nunca existio diferencia alguna entre la intervencion “milagrosa” de Dios y Su intervencion permanente en la “naturaleza”. Lo que caracteriza al milagro es “la ocasion” en la cual sucede y no su sobrenaturalidad.
Las palabras de Rabbi Abhu, que durante siglos permanecieron incomprensibles, a partir de la teoria del “polvo de estrellas” adquieren otra dimension.
• El tercer Midrash
“OR VAJOSHEJ MESHAMESHIM BEIRBUBIA, AD SHKEABA LAZE TEJUMO BAIOM VELAZE TEJUMO BALAILA” (Bereshit Rabba, citado por Rashi en Bereshit Alef, 4)
La luz y la oscuridad actuaban simultaneamente, hasta que el Todopoderoso establecio los limites de la luz en el dia y de la oscuridad en la noche.
La Tora refiere que al ser creado, el mundo se hallaba en un estado caotico. “Ve haAretz Haieta Tohu vaBohu” “Y la tierra (recien creada) se encontraba sin forma y sin orden”. Que significa exactamente este “caos”, no es muy facil de saber.
Pero aparentemente nuestro Midrash nos proporciona algun indicio.
El Universo, tal como lo conocemos hoy, se rige por ciertas leyes fisicas: el comportamieno de la materia, la gravedad, las leyes de la termodinamica etc.
Cuando el cientifico inicia la proyeccion inductiva en su busqueda hacia los posibles origenes del Universo se basa en esta clara premisa: las leyes fisicas que conocemos hoy son eternas e inherentes al Universo3.
No podriamos concebir, por ejemplo, que la luz y la oscuridad existan simultaneamente: la oscuridad es la consecuencia de la ausencia de luz. Es una “ley” fisica o un postulado logico tan obvio que nadie podria imaginar lo contrario. Nadie… Con la excepcion de este Midrash que afirma lo opuesto!
Para comprender mejor lo que dice el Midrash recurriremos una vez mas a Maimonides. En su famoso libro filosofico More Nebujim, Maimonides refutaba la teoria aristotelica de un Universo eterno y estatico, postura que, a proposito, recien hace pocos anos fue definitivamente rechazada por la comunidad cientifica (Einstein considero que el mayor error profesional de su carrera fue el no haber aceptado las evidencias de un universo en expansion). En su exposicion a favor de un mundo producido ex nihilo por un Creador Supremo, Maimonides afirma que probablemente parte de la dificultad para descubrir los principios del accionar creativo sea que “las condiciones iniciales” al momento de la Creacion hayan sido totalmente distintas y por lo tanto desconocidas para nosotros y contrarias a todo lo que hoy nos parece “natural”. Maimonides nos brinda un fantastico ejemplo: En la Guia de los Perplejos4 razona Maimonides: Si un nino fuera abandonado desde pequeno en una isla desierta, y hubiera crecido sin conocer otras personas ni animales y alguien despues de unos cuantos anos le preguntara ¿Como crees tu que naciste? ¿Podria concebir la posibilidad de un embarazo? De acuerdo a Maimonides, no. El joven afirmaria que es imposible vivir dentro de un vientre, sin aire, sin agua, sin alimentos… consideraria que esa teoria se opone a todas las leyes fisiologicas que el conoce.
En otras palabras, dice Maimonides, no seria posible deducir la embriologia a partir de nuestros conocimientos de fisiologia. Y si tratasemos de hacerlo, llegariamos a conclusiones absurdas. Las leyes que rigen uno y otro sistema son completamente distintas. De la misma forma, sentencia, el acto de la Creacion, de acuerdo al propio relato de la Tora, da cuenta de un estado inicial “caotico”, es decir, sin las leyes fisicas que conocemos hoy.5
La primer ley fisica que Dios establece en el mundo, se relaciona con el comportamiento de la luz, la energia. Los principios de la enigmatica fisica cuantica, diriamos hoy.
La Tora afirma que El Creador distinguio entre la luz y la oscuridad porque sostiene que hasta entonces incluso esta ley logica y esencial no habia sido estipulada. La materia fue creada en estado caotico, el orden y las leyes fisicas, fueron un segundo paso .
Este concepto es tan claro para los Sabios del Talmud que cuando hacen referencia a la posibilidad de que el Creador pudiera destruir su mundo dijeron “Haia majazir et haolam letohu vabohu”, es decir “Volveria al mundo a su caos inicial”, al desaparecer las leyes fisicas, el mundo se destruiria.
El Midrash que habla de la coexistencia de la luz y la oscuridad afirma que las leyes fisicas no son inherentes a la materia, sino un paso posterior. De acuerdo a Rabbi Shelomo ben MElej, Este fue tambien el proceso que el Creador establecio para la humanidad: primero fue creado el hombre, y hubo caos, y recien despues el Todopoderoso le concedio la Tora, Su ley.
Las conclusiones de este Midrash son de largo alcance: nuestro desconocimiento de las leyes fisicas “iniciales” no nos permite hacer todas las inferencias desde aqui hacia alla.
Ignoramos las condiciones iniciales de la Creacion. Aun desde el mas complejo observatorio, sera imposible deducir acabadamente la embriologia del cosmos…
La Torá comienza declarando que en el principio Hashem creó el cielo y la tierra de la nada. Sin embargo, el mundo era un vacio, sin forma ni orden. durante los primeros seis días D-s creó y ubicó cada cosa en el universo en su posición adecuada de funcionamiento. El orden de esta tarea divina fue el siguiente:Primer día: Creación de la luz y la oscuridadSegundo día: Arreglo del rakía (firmamento) pra separar las aguas del cielo y de la tierra.Tercer día: Acumulación de las aguas en un lugar, permitiendo que la tierra fuera visibleCuarto día: Creación y ubicación del sol y de la luna en el cieloQuinto día: Creación de la vida en elmar, y de las avesSexto día: Cración de los reptiles, demás animales y, finalmente el hombreEl Séptimo día de la creación, Hashem "descansó" y lo santificó como shabat.D-s decidió que no era bueno que el hombre estuviera solo. Trajo a todos los animales y aves ante Adam, y éste les dio nombre, pero no pudo encontrar compañera para é entre ellos. En consecuencia, Hashem sumió a Adam en un profundo sueño, sacó una de sus costillas y luego cerró la herida con carne. Dio forma, desarrolló y completó la costilla, haciendo con ella una mujer, a la cual llevó ante Adam. Luego ubicó a ambos en el Jardín del Eden, donde podrían comer de todo, excepto del fruto prohibido del árbol del conocimiento. Sin embargo, Javá se dejó influir por la astutua serpiente (najash), comió del fruto prohibido y le dio a probar a Adam. como resultado de esta transgresión recibieron el castigo divino: fueron obligados a abandonar el Gan Eden y comenzaron su vida humana, tal como la conocemos, experimentando las dificulatades del trabajo para su sustento y el sufrimiento de la parición. También la serpiente recibió su castigo y a a partir de entonces se arrastra sobre la tierra y come polvo.
Adam y Javá tuvieron dos hijos: Caín, que se convirtió en agricultor, y Hevel, que fue un pastor. Ambos llevaron ofrendas de su producción a Hashem. Hevel era sincero y llevaba lo mejor de su rebaño. Por otro lado, Cain no lo era y llevaba lo peor de su producción. Hashem aceptó la ofrenda de Hevel e hizo descender un fuego del cielo, que lo asó. pero no ocurrió lo mismo con la de Cain, quien se sintió avergonzado y se encolerizo. Mientras estaban en el campo, Caín mató a Hével.
Cuando Hashem le preguntó donde estaba su hermano, Cain respondió: "Soy acaso el gurdián de mi hermano?" D-s lo castigó, entonces, severamente, maldiciéndolo y forzándolo a deambular continuamente sobre la faz de la Tierra.
Adam y Javá tuvieron un tercer hijo, Shet, y otros más. Como cada generación se reproducía, a su vez, el número de seres humanos creció considerablemente.
Hubo diez generaciones desde ADam hasta Nóaj, incluyendo dos tzadikim: Janoj y Metushelaj. Sin embargo, la mayoría se inclinó hacia el mal y practicó la inmoralidad y la violencia. Hashem comenzó a reconsiderar Su acto de poblar el mundo con la raza humana. Noaj, empero, encontró gracia en Sus ojos.
Bereshit: la creación del mundo. Nuestros Sabios nos enseñan que se debe ser precavido al intentar explicar un tema tan profundo. Cualquier error de apreciación o una mala interpretación pueden ocasionar dudas que la fe llana y sencilla del corazón puro de cada Iehudi no hubiese imaginado. Debemos tener presente que el entendimiento humano es limitado, nunca podrá comprender cómo ocurrió la creación. Corresponde aplicar en este tema más que en cualquier otro, el concepto que el Talmud en Jaguigá 13 comenta: "no investigues los temas elevados, no averigües sobre temas ocultos". Si esto es así con respecto a la creación del universo, cuando analizamos la creación de la persona se multiplica la dificultad. "Y creó Di-s a la persona a Su imagen, con la imagen de Di-s lo creó" (Bereshit 1). ¿Acaso hay posibilidad de comprender este versículo? ¿Cuál es la similitud entre la persona y Di-s? Uno de los trece principios de la fe que enumera el Rambam es que: "el Creador, Alabado sea Su nombre, no es corpóreo y no posee forma alguna". ¿Acaso podemos analizar un tema tan delicado? Intentemos hacerlo concientes de nuestras limitaciones y basándonos en los conceptos de los grandes Sabios de Israel que nos aclaran el tema.
Todas las explicaciones al respecto parten de un denominador común: todo tipo de similitud que se intente encontrar estará relacionada con temas espirituales y no materiales, ya que -como explicamos- en el Creador no hay forma ni cuerpo. Por otra parte, en esa misma similitud a la que nos referiremos nunca se podrá igualar totalmente a la persona con Su Creador. El primer punto de comparación que encontramos es que el ser humano, a diferencia de las demás criaturas del universo posee la "Neshamá", el alma que Di-s le insufló y que es una propia parte del Creador. El Maharal de Praga lo explica claramente: "el sentido del versículo "Haremos un hombre a nuestra imagen y semejanza" (Bereshit 1) es que existe una chispa Divina en el ser humano y a eso se refiere la imagen Divina que distingue al hombre del resto de las criaturas". Más aún, no sólo que la persona posee esa chispa Divina, sino que ella representa lo principal de su vida. El cuerpo material no es sino la vestimenta del alma espiritual que lo iguala en cierta medida al Creador haciéndolo inmortal, ya que si bien existe un final para el cuerpo, el alma en cambio es eterna.
El segundo punto de comparación de la persona con el Creador está basado en que el ser humano posee un grado de inteligencia superior al del resto de las criaturas. Rashi comenta en Bereshit 1 sobre el término "y semejanza" que significa que la persona tiene la posibilidad de "pensar y deducir". El hombre puede no sólo comprender distintos temas, sino que también puede deducir un razonamiento de otro. Gracias a esa posibilidad, está en sus manos descubrir nuevos adelantos y perfeccionar el nivel de vida, algo que no existe en el mundo animal. Gracias a esa facultad, el hombre puede en cierta forma prever el futuro privándose de placeres que le acarrearán consecuencias negativas. En este punto se compara a Di-s, ya que a pesar de que la inteligencia humana es nula y absurda frente a la Divina, representa en la tierra el nivel de sabiduría más elevado que existe.
La base de nuestra fe es que Di-s creó el mundo. No fue una explosión cósmica o un accidente, sino que el extraordinario mundo que nuestros ojos ven fue el resultado de la orden y deseo de Di-s. Su orden creó "todo de la nada" y El es el que le otorga al mundo la fuerza para su mantenimiento. En este punto, es en donde encontramos otra "similitud" con el Creador: el poder de elección. ¿Qué sucede con el mundo animal? El comportamiento que rige sus actitudes no es posible de ser modificado: el león que atrapa a su presa en la selva o simplemente el toro que arranca la hierba del pasto para alimentarse, no tienen chance de variar su ritmo y forma de vida. En cambio, en el ser humano nunca se puede saber con exactitud cuál será su reacción. No existe nada en él que predetermine ciertamente cómo responderá en cada circunstancia de su vida. Podemos imaginarnos de acuerdo con su preparación previa cómo actuará, pero siempre estará en su mano la posibilidad de modificar lo previsto. Es el famoso "libre albedrío", que le permite utilizar la fuerza que Di-s le otorgó para cumplir con su palabra o -Di-s no lo permita- para rebelarse a Su Creador. De la misma forma que Hashem por su propia voluntad creó el universo, las actitudes de la persona dependen sólo de su propia elección. Nos encontramos con otra de las explicaciones de nuestros Sabios al término "a su imagen y semejanza".
Uno de los calificativos con el que mencionamos al Creador es el de "Melej", o sea: Rey del mundo. El Talmud en Berajot 40 determina que toda bendición que se recita en la que no se incluye el término "rey del mundo" no tiene valor. Simbolizamos de esta manera Su poder absoluto para gobernar y dirigir lo que sucede en toda Su creación. Encontramos en el ser humano una similitud al respecto. Luego que Adam y Java fueran creados, escucharon la orden de Di-s: "procread y multiplicaos, llenad la tierra y conquistadla, dominad sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos y en toda bestia que se mueve sobre la tierra" (Bereshit 1). El Maharal de Praga explica que existe una señal inconfundible de este predominio del hombre sobre el resto de las criaturas: es el único que se encuentra erguido y camina sobre sus piernas, a diferencia del resto de las criaturas que lo hacen en cuatro patas, mostrando así la subordinación al ser humano. Es así que el hombre domina a lo animal, vegetal e inerte utilizándolo de acuerdo con sus necesidades. Es el único que adapta lo que se encuentra a su alrededor para su beneficio, a diferencia del animal que se adapta a sí mismo de acuerdo con su alrededor. El hombre -por otra parte- nunca permanece estático. Continuamente, tanto en lo material como en lo espiritual, la persona crea y renueva todo positiva o negativamente. ¿Acaso no es comparable -aunque sea en una ínfima parte- al Rey del mundo que "renueva con su bienestar cada día continuamente la Creación"? (Tefilá Shajrit).
Para completar este concepto de "imagen y semejanza" analicemos un punto más: cada ser humano es único en sí mismo. No existen dos personas iguales, no sólo física sino también ideológicamente. Cada uno posee su propia personalidad. Hashem podía crear la especie humana con varios "Adam"; sin embargo, prefirió hacerlo sólo con uno para enseñarnos esta base fundamental: cada persona es única en el mundo. "Todo el que mantiene un alma de Israel se le considera como si hubiese mantenido al mundo entero" (Sanhedrin 37). Nos encontramos frente a una nueva similitud con el Creador. Está escrito sobre él que "es Único y no hay único como su Unidad, es oculto e infinito en Su Unión" En el ser humano también existe una especie similar de unicidad como con el Creador.
A esta altura podríamos sentirnos orgullosos de igualarnos a Hashem. El Pirke Abot 3 comenta: "es querida la persona que fue creada a Su imagen; por un cariño especial se le hizo saber que fue creada a Su imagen". Pero atención, que ello implica una enorme responsabilidad, como bien menciona Rashi en esa sección: "es por eso que debe hacer la voluntad de Su creador". De manera tal, que todas las características que mencionamos anteriormente que el hombre dispone para poder elegir el bien, pensar, razonar y beneficiar al prójimo, se encuentran en su interior y es su obligación desarrollarlas en la práctica. "Sagrados serán, porque Yo Di-s soy Sagrado" (Vaikrá 19); una de las explicaciones de este versículo es que debemos igualarnos a Hashem en la máxima medida posible y a eso se refirió el versículo de Bereshit 1 "haremos un hombre a nuestra imagen y semejanza" (Seforno). Por supuesto que este concepto abarca no sólo un cumplimiento estricto de los preceptos "Ben Adam Lamakom" o sea entre la persona y el Todopoderoso, sino también aquellos que se conocen con el nombre de "Ben Adam Lajaberó", entre la persona y su compañero. Debemos copiar sus actitudes, como el Talmud menciona: así como El es piadoso, tú debes ser piadoso; así como El tiene misericordia, tú debes ser misericordioso; así como El otorga favores, tú debes hacer favores". Es la prueba verdadera de si se lleva a la práctica o no la similitud que existe entre el hombre y Hashem. "El favor de Di-s llena la tierra"(Tehilim 33) y quien se ocupe por desarrollar esa llama interna que posee, se igualará con Su Creador. Qué maravillosas son las palabras de nuestros Sabios que nos enseñan que el término "Adam" (persona) no sólo proviene de la raíz "Adamá" (tierra) de la que fue creado, sino también del término "Adamé Leelion" (me igualaré a Mi Creador).
Luego de todas estas reflexiones podemos afirmar: qué triste es observar a quien no utiliza todos esos instrumentos espirituales que posee y se deja doblegar por su instinto material. Si bien recibe la calificación y título de ser humano, sus actos en realidad no son muy distintos de los del resto de las criaturas de la tierra. Y lo que es más grave aún, el animal no tiene otra alternativa de comportamiento, mientras que la persona tiene la oportunidad de convertirse en "Adam". Quien -por ejemplo- cuando el apetito lo domina, no piensa si lo que ha de ingerir es un alimento que Di-s le permitió comer y se deja llevar sólo por su instinto del momento, ¿en qué se diferencia del animal? En el día más sagrado del año, el día de Kipur, finalizamos la Tefilá de Nehilá diciendo: "¡qué es lo que somos! ¡qué es nuestra vida!, todos los poderosos son como nada frente a Ti y los hombres de nombre como si no existieran... y la diferencia de la persona con el animal es nula porque todo es vano. Sólo que Tú diferenciaste al ser humano desde el principio y lo reconociste para que sirviera delante tuyo". La persona no es como el animal, posee el libre albedrío y el alma pura que es una propia parte de Di-s. En su interior tiene el raciocinio y entendimiento que le posibilitan dirigir su vida en el más elevado camino espiritual, que le permiten recibir el título de "la corona de la Creación". El profeta Irmeia 47 lo sintetiza: "Así dijo Di-s: "Que no se alabe el sabio con su sabiduría, que no se alabe el fuerte con su fortaleza ni el rico con su riqueza. Sólo en esto que se alabe quien desee enaltecerse: en pensar y reconocer que Yo soy Di-s que hace el favor, rectitud y justicia en la tierra, porque esto quiero dijo Di-s". Capacidad, poder, riqueza o cualquier otra cualidad similar están incluidas en el concepto de vanidad y no es digno que la persona se enorgullezca de ellas. Sólo quien trabaja sobre sí mismo para ser la imagen Divina que Di-s pensó al crear a Adam Harishon, será digno de ser alabado. Sólo quien cumple la orden de su mente y no el deseo de su cuerpo, sólo quien tiene presente a Su Creador en cada paso de su vida será merecedor de llevar el título de "Adam" con todo lo que ello implica. Tengamos el Zejut de que se cumpla en nosotros el versículo: "y creó Di-s a la persona a Su imagen y semejanza" (Bereshit 1). Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario